La situación de la Provincia es más compleja que la de Nación. Con esa impresión se fueron los intendentes luego de la reunión con Axel. Falta liquidez para hacer frente a salarios, porque en enero hay un importante vencimiento de deuda. Qué rojo se calcula

El panorama en Buenos Aires que describió Axel Kicillof para los suyos es mucho más acuciante del expresado en público. Los intendentes peronistas que escucharon el gabinete de primera mano, en la reunión que se realizó ayer en El Jagüel, también recibieron un pantallazo complejo de las cuentas públicas.

“La Provincia está peor que la Nación. Sabíamos que estaba mal, pero no imaginábamos que tanto”, comentó un jefe comunal luego de la reunión en la que Axel sorprendió con el regreso a Julio Alak a la política (será ministro de Justicia).

Entre muchos datos, hay uno que sobresale: no hay caja para hacer frente a los sueldos de la administración central en enero, ya que ese mismo mes opera un importante vencimiento de deuda (de 752 millones de dólares). No es una especulación, es un hecho que el gobernador electo confirmó en público. También lo dijo el intendente de Lomas, Martín Insaurralde, con los micrófonos prendidos.

Axel se cuidó de hablar de “tierra” o “provincia arrasada”, porque es un punto que había molestado mucho a la gobernadora saliente, María Eugenia Vidal, pero sin esgrimir esa frase, sí dejó en claro el concepto. “El organismo más complicado es el Banco Provincia”, contó la misma fuente, luego de la reunión.

Buenos Aires, cuyo rojo se estima en 80.000 millones, precisará de la asistencia de la Nación para hacer frente a los primeros compromisos. Alberto anunciará en las próximas horas un paquetazo para incentivar el consumo, luego de “meterle” plata en los bolsillos a los sectores más castigados.

Habrá mejoras para beneficiarios de planes sociales, jubilados (seguramente también un bono), un plan de acceso gratuito a canasta de medicamentos y un plus para empleados estatales. Se congelarán las tarifas, y se buscará un esquema para frenar el alza de los combustibles. También seguirá el actual cepo de 200 dólares-mes. En paralelo, aun antes de jurar, el titular de la cartera de Hacienda, Martín Guzmán, ya comenzó las charlas con el FMI para renegociar la deuda, que asciende a la friolera de 310.000 millones de dólares. Recién el año que viene, en los primeros meses de ordinarias, mandará el presupuesto al Congreso.

Alberto también impulsará la creación de un Consejo Económico y Social, o Consejo del Salario, cuya estructura tendrá el traje a medida para Roberto Lavagna. En el entorno de AF, confían en que el ex ministro, aceptará el desafío de ese cargo. El domingo estuvieron juntos en el Día de la Virgen en Luján.

Las negociaciones con el sector privado también son parte prioritaria de la agenda. Algunos creen que primero deberán calmar los ánimos, un tanto caldeados, de popes de la CGT, como Héctor Daer, quien en los hechos se quedó afuera de todos los cargos importantes. Ni Alberto ni Axel le dieron lugares clave a las personas más encumbradas del sindicalismo argentino. Raro para dos gobiernos peronistas.

Daer aspiraba, al menos, a quedarse con la Secretaría de Empleo que depende del ministerio de Trabajo. Pero ese lugar ya tiene nombre y apellido: “El Cabezón” Raúl Pérez, histórico legislador, de la hueste de Sergio Massa.

Kicillof tampoco le hizo lugar a Omar Plaini en Trabajo bonaerense, como se había especulado en un principio. Pero el canillita ya cobró, juró como senador provincial por la Octava (La Plata).

Axel recibirá el mando mañana, en la Legislatura bonaerense, y luego cruzará a pie por la Plaza San Martín, para instalarse en la Casa de Gobierno. Allí le tomará juramento a su equipo de trabajo, donde destacan las figuras de Sergio Berni (Seguridad), Alak y un número mayoritario de técnicos y economistas, de extrema confianza del mandatario.