En medio del ajuste que viene haciendo Javier Milei en el Estado, se confirmó que cedió el uso de la flota presidencial a las Fuerzas Armadas.

En diálogo con el portal La Nación.com, fuentes del área explicaron que la flota pasará a manos de las Fuerzas Armadas, pero que no se trata de una donación: la administración sigue siendo de Presidencia. La manejará las Fuerzas Armadas, pero la flota seguirá dependiendo de secretaría general de Presidencia”, detallaron.

Explicaron también que el objetivo final sigue siendo venderla [a la flota] y que con ese dinero se cambie “por algo más chico y nuevo, que también va a seguir estando bajo la órbita de la secretaría general de Presidencia” o bien que solo se realice la venta y no se compre nada a cambio.

La flota está compuesta por el ARG-01, el avión que compró Alberto Fernández, que requiere “gastos exorbitantes”, según el nuevo gobierno. Es que los arreglos y el mantenimiento de la unidad deben hacerse en el exterior.

Además de tres aviones, la flota cuenta con tres helicópteros Sikorsky: uno modelo S-70 “Blackhawk” y dos S-76, cuyas adquisiciones fueron realizadas durante el primer gobierno de Carlos Menem.

Milei no planea usarlos y además considera que implican gastos por las horas de vuelo que deben mantener los pilotos así como las propias aeronaves para mantenerse vigentes de acuerdo a las normas de la aeronáutica. A raíz de eso se habría tomado la decisión de desprenderse de ellos.

La medida tomada por Nación no incide en la posibilidad de vender el ARG-02, un boeing 737-500, que supo ser conocido también como el Tango 04, que data de 1993. También figuran en la nómina el Learjet 60 T-11, Este último no se puede vender ya que fue cedido por la Fuerza Aérea a Presidencia y es considerado, por fuentes aeronáuticas, como “ideal” para moverse por el país.

Se trata precisamente del que usó el mandatario el 17 de diciembre pasado para trasladarse a Bahía Blanca, en medio de la tragedia que se desató en esa ciudad tras un fuerte temporal que terminó con la vida de 13 personas.

En el caso del ARG-01, hay un proceso de pago en marcha por la forma en la que se adquirió, por lo que los procesos de una eventual venta serían más complejos, ya que se financia con un crédito a 10 años.

Su adquisición por el gobierno de Fernández es considerada, de mínima, “un error” o “una mala elección” por diferentes fuentes del área, que coinciden en las críticas, porque no se le puede hacer mantenimiento en el país porque se trata de un Boeing 757 del que no hay otros ejemplares en el país, como sí sucede con los 737, de los que hay talleres y personal especializado.