La arteritis de células gigantes es difícil de diagnosticar ya que los primeros síntomas se parecen a los de otras enfermedades frecuentes. Por este motivo, el médico intentará descartar otras causas posibles del problema.
Además de preguntarte acerca de tus síntomas físicos y tu historia clínica, es probable que el médico realice un examen físico minucioso en el que prestará mayor atención a las arterias temporales. Muchas veces, una o ambas arterias están sensibles a la palpación, tienen pulso reducido, y el aspecto y la apariencia de un cordón duro.
El médico recomendara hacer las siguientes pruebas.
Análisis de sangre.
Se pueden realizar los siguientes análisis para diagnosticar tu enfermedad y seguir tu avance durante el tratamiento.
Medición de la velocidad de eritrosedimentación. Proteína C reactiva.
Estudios de diagnóstico por imágenes
Estas se podrían utilizar para diagnosticar la arteritis de células gigantes y para controlar la respuesta al tratamiento. Estas son algunas de las pruebas:

Arteritis de células gigantes
Ecografía Doppler. Angiografía por resonancia magnética (ARM). Tomografía por emisión de positrones (TEP).

Biopsia
El mejor modo de confirmar un diagnóstico de arteritis de células gigantes es extraer una pequeña muestra (biopsia) de la arteria temporal. Esta arteria se encuentra cerca de la piel, justo delante de las orejas y continúa hasta el cuero cabelludo. El procedimiento se realiza de manera ambulatoria con anestesia local, normalmente sin que haya grandes molestias ni cicatrices. La muestra se analiza bajo un microscopio en un laboratorio.
Si tienes arteritis de células gigantes, a menudo la arteria muestra inflamación que incluye células con un tamaño anormalmente grande, llamadas células gigantes, a partir de las cuales la enfermedad recibe su nombre. Es posible tener arteritis de células gigantes y que el resultado de la biopsia sea negativo.
Si los resultados no son claros, el médico puede indicarte que te realices otra biopsia de la arteria temporal del otro lado de la cabeza.
Tratamiento
El tratamiento principal para la arteritis de células gigantes consiste en dosis altas de un fármaco corticoesteroide como la prednisona. Debido a que es necesario un tratamiento inmediato para prevenir la pérdida de la vista, es probable que tu médico te indique tomar la medicación incluso antes de confirmar el diagnóstico con una biopsia.
Es probable que empieces a sentirte mejor a los pocos días de comenzar con el tratamiento. Si tienes pérdida de la visión antes de comenzar el tratamiento con corticoesteroides, es poco probable que mejore la vista. Sin embargo, el ojo no afectado podría compensar algunos de los cambios en la visión.
Es posible que debas continuar tomando los medicamentos durante uno o dos años, o más. Después del primer mes, tu médico podría comenzar a disminuir gradualmente la dosis hasta que alcances la dosis más baja de corticoesteroides necesaria para controlar la inflamación.
Algunos síntomas, especialmente los dolores de cabeza, pueden reaparecer durante este período de disminución de la dosis. Este es el punto en el que muchas personas también desarrollan síntomas de polimialgia reumática. Generalmente, dichos brotes pueden tratarse con aumentos leves en la dosis de corticoesteroides. Tu médico también podría sugerirte un medicamento inmunosupresor denominado metotrexato (Trexall).
Los corticoesteroides pueden provocar efectos secundarios graves, como osteoporosis, presión arterial alta y debilidad muscular. Para contrarrestar los posibles efectos secundarios, es probable que el médico te controle la densidad ósea y te recete suplementos de calcio y vitamina D u otros medicamentos para evitar la pérdida ósea.
Estilo de vida

Arteritis de células gigantes
Las siguientes sugerencias podrían ayudarte a controlar la enfermedad y afrontar los efectos secundarios de los medicamentos:

Mantén una alimentación sana. Un buen consumo de frutas y verduras frescas, granos integrales y carnes magras y pescado; también limita el consumo de sal, azúcar y bebidas alcohólicas, consumir también suficiente calcio y vitamina D. Los expertos recomiendan 1200 mg de calcio y 800 unidades de vitamina D por día para las mujeres mayores de 50 y los hombres mayores de 70 años de edad. Consulta con el médico cuál es la dosis adecuada.
Haz actividad física con regularidad. La actividad física aeróbica regular, como caminar, puede ayudar a evitar la pérdida ósea, la presión arterial alta y la diabetes. También beneficia al corazón y los pulmones. Además, para muchas personas, la actividad física mejora el estado de ánimo y la sensación general de bienestar.
Si no estás acostumbrado a realizar actividad física, comienza despacio y aumenta gradualmente. Tu médico puede ayudarte a planificar un programa de ejercicios.
Hazte controles. Consulta con el médico periódicamente para verificar la presencia de efectos secundarios del tratamiento y el desarrollo de complicaciones.
Pregunta sobre las aspirinas. Pregunta a tu médico sobre tomar entre 75 y 150 mg diarios de aspirina. El consumo diario de aspirina en dosis bajas podría reducir el riesgo de ceguera y accidente cerebrovascular.
Estrategias de afrontamiento y apoyo
Todo lo que puedas aprender acerca de la arteritis de células gigantes y su tratamiento puede ayudarte a sentir que tienes más control sobre tu enfermedad. Conoce los posibles efectos secundarios de los medicamentos que tomas e infórmale al médico cualquier cambio en tu salud. El médico puede derivarte a un especialista ocular (oftalmólogo) si presentas síntomas en la vista, un especialista del cerebro y el sistema nervioso (neurólogo) si tienes dolores de cabeza o a un especialista en enfermedades de las articulaciones, los huesos y los músculos reumatólogo). Mientras tanto pregunta al médico si tomar un analgésico como acetaminofeno, ibuprofeno o naproxeno sódico puede ayudar a aliviar el dolor de cabeza o la sensibilidad.