En la mayoría de las personas, la influenza desaparece por sí sola. Pero a veces esta enfermedad y sus complicaciones pueden ser mortales. Las personas con mayor riesgo de presentar complicaciones de la influenza son:
Niños menores de 5 años, especialmente los menores de 12 meses – Adultos mayores de 65 años – Las personas que se encuentran en un hospital, en una casa de convalecencia o en otro centro de atención médica a largo plazo – Las mujeres embarazadas y las mujeres hasta dos semanas después del parto – Las personas con el sistema inmunitario debilitado – Las personas con enfermedades crónicas como asma, enfermedades cardíacas, enfermedad renal, enfermedad al hígado, y diabetes – Las personas muy obesas con un índice de masa corporal de 40 o mayor
Los virus de la influenza viajan por el aire en gotitas cuando alguien que tiene la infección tose, estornuda, o habla. Es posible inhalar las gotitas directamente, o puedes contagiarte de un objeto — como un teléfono o un teclado de computadora — y luego transferir los virus a los ojos, la nariz o la boca.
Las personas que tienen el virus probablemente sean contagiosas aproximadamente desde el día antes a que aparezcan los síntomas hasta más o menos cinco días después de que estos se presenten. Los niños y las personas con el sistema inmunitario debilitado quizás sean contagiosos por un tiempo un poco más largo.
Los virus de la influenza están cambiando constantemente, con nuevas cepas que aparecen de manera regular. Si has tenido la influenza en el pasado, tu cuerpo ya produjo anticuerpos para combatir esa cepa del virus en particular. Si los virus futuros de la influenza son similares a los que ya enfrentaste, ya sea por tener la enfermedad o vacunarte, esos anticuerpos pueden prevenir la infección o reducir la gravedad.
Pero los anticuerpos contra los virus de la influenza que has enfrentado en el pasado no te protegen contra las nuevas cepas que pueden ser inmunitariamente muy diferentes de lo que tuviste antes.
Los factores que pueden aumentar los riesgos de tener influenza o padecer complicaciones relacionadas incluyen:
La edad – Condiciones de vida o de trabajo – Sistema inmunitario debilitado – Uso de la aspirina para los menores de 19 años – Embarazo – Obesidad
Enfermedades crónicas Las enfermedades crónicas, que incluyen enfermedades pulmonares como el asma, la diabetes, enfermedades cardíacas, neurológicas o de desarrollo neurológico, una anormalidad en las vías respiratorias, y enfermedades de riñones, hígado y sangre, pueden aumentar tu riesgo de presentar complicaciones de la influenza.
Si eres joven y estás sano, la influenza de temporada generalmente no es grave. Aunque quizás te sientas muy mal mientras la tienes, la influenza generalmente desaparece en una semana o dos sin efectos prolongados. Pero los niños y los adultos en alto riesgo pueden presentar complicaciones como las siguientes:
Neumonía – Bronquitis – Brotes asmáticos – Problemas de corazón -Infecciones del oído
La neumonía es la complicación más grave. Puede ser mortal para los adultos mayores y las personas con enfermedades crónicas.
Si contraes la influenza, estas medidas pueden ayudar a aliviar los síntomas:
Bebe mucho líquido – Descansa – Considera tomar analgésicos
La mayoría de las personas con influenza puede hacer tratamiento en casa y con frecuencia no necesitan ver al médico.
Si tienes síntomas de influenza y estás a riesgo de complicaciones, visita a tu doctor de inmediato. Tomar medicamentos antivirales puede reducir la duración de la enfermedad y prevenir problemas más serios.
“Aunque la vacuna anual contra la influenza no es 100 por ciento efectiva, todavía es tu mejor defensa contra esta enfermedad.”