Normalmente, la orina fluye desde los riñones a través de los uréteres hasta la vejiga. Se supone que no debe fluir en sentido contrario, de regreso a los riñones.
El reflujo vesicoureteral generalmente se diagnostica en bebés y niños. El trastorno aumenta el riesgo de sufrir infecciones en las vías urinarias que, si no se tratan, pueden producir daño renal. Los niños pueden superar el reflujo vesicoureteral primario. El tratamiento, que incluye medicamentos o cirugía, tiene como objetivo evitar el daño renal.
El sistema urinario comprende los riñones, los uréteres, la vejiga y la uretra. Todos juegan un papel en la eliminación de los productos de desecho de tu cuerpo a través de la orina.
Los tubos denominados “uréteres” transportan la orina desde los riñones hacia la vejiga, donde se almacena hasta que se elimina del cuerpo a través de otro tubo (la uretra) al orinar.
El reflujo vesicouretral puede desarrollarse en dos tipos, primario y secundario:
Reflujo vesicouretral primario – Reflujo vesicouretral secundario
Los factores de riesgo de padecer el reflujo vesicouretral son:
Disfunción de la vejiga y el intestino – Raza – Sexo – Edad – Antecedentes familiares
El daño renal es la preocupación principal del reflujo vesicouretral. Cuanto más intenso es el reflujo, más graves pueden ser las complicaciones.
Las complicaciones pueden ser las siguientes:
Formación de cicatrices en el riñón (renales) – Presión arterial alta – Insuficiencia renal
Las opciones de tratamiento del reflujo vesicoureteral dependen de la gravedad de la afección. Los niños con casos leves de reflujo vesicoureteral primario pueden, con el tiempo, superar el trastorno. En este caso, el médico puede recomendar un abordaje que consiste en esperar y ver los resultados.
En el caso de un reflujo vesicoureteral más grave, las opciones de tratamiento comprenden:
Medicamentos – Cirugía
Consulta con el médico de inmediato si tu hijo presenta alguno de los signos o síntomas de una infección urinaria, entre ellos:
Necesidad imperiosa y constante de orinar – Sensación de ardor al orinar – Dolor abdominal o lateral
Si tu hijo tiene fiebre, llama al médico en los siguientes casos:
Tiene menos de 3 meses de edad y la temperatura rectal es de (38 °C) o superior – Tiene 3 meses o más y tiene una fiebre de (38 ºC) o superior y parece estar enfermo – También está comiendo mal o ha tenido cambios significativos en su estado de ánimo
Después de la evaluación, es posible que tu hijo sea remitido a un médico que se especialice en afecciones de las vías urinarias (urólogo) o a un médico que se especialice en afecciones renales (nefrólogo).