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Esos deliciosos platos que nos elaboraban las abuelas con todo su cariño y que acababan con nuestra tos en un periquete se basaban en su conocimiento y experiencia, y en el uso de los productos adecuados para tratar la tos naturalmente y mejorar la salud.
Porque ellas sabían que una buena sopa de pollo contribuía a reducir los síntomas del resfriado y acabar con la tos. Su sabiduría las llevaba a añadir ajo y jengibre para ayudar a fortalecer a nuestro sistema inmune y nos esperaban con una buena sopa de cebada si teníamos flema.