La aeronave no pudo aterrizar a pesar de estar tan solo a metros del piso y tuvo que volver a despegar.

Un avión no pudo aterrizar en Neuquén por fuertes ráfagas de viento de más de 100 kilómetros por hora, este domingo. La aeronave de JetSmart no pudo descender y, luego de casi cinco horas de más, terminó descendiendo en Mendoza.

El viaje fue horrible, interminable y lleno de incertidumbre. Duró casi seis horas y terminamos en Mendoza sin entender mucho qué pasaba”, sostuvo Juliana Oses, una de las pasajeras, en declaraciones al medio LMNeuquén.

La interrupción en el normal funcionamiento del aeropuerto provocó que el piloto del avión tuviera que realizar una maniobra sorprendente, ya que al intentar descender sin éxito tocó la pista de aterrizaje con sus ruedas pero inmediatamente volvió a elevarse.

El video de cuando el avión no pudo aterrizar en Nequén.

“Hasta la mitad del viaje venía todo bien hasta que arrancó la turbulencia. Se movió bastante la aeronave. Cuando estábamos por aterrizar nos dicen que nos pongamos el cinturón. Miro por la ventana y no se veía nada. Solo veía tierra”, describió Oses.

Y agregó: “Escuché el ruido de las ruedas abrirse y seguía sin ver el piso. Ahí nos empezamos a acercar, pega una maniobra brusca y vuelve a tomar vuelo. Pasaron 15 minutos y la gente estaba tensa y nerviosa. Había gente grande muy asustada. A los 5 minutos de no saber qué iba a pasar nos avisan que no pudieron aterrizar en Neuquén y que nos íbamos para Mendoza”.

“Es más, un hombre se descompensó, lo bajaron del avión y nunca lo subieron. Había mucha tensión y estábamos todos muy nerviosos”, añadió Oses e informó que “en la espera miró las noticias de Neuquén y había techos que se habían volado”, lo que aumentó su miedo.

Video: a raíz del fuerte temporal, un avión no pudo aterrizar en Neuquén -  NA

Cerca de las 18hs el vuelo partió nuevamente hacia Neuquén: “Fue una hora más, llena de miedo y de turbulencia. Intentábamos estar todos tranquilos, pero había una cierta tensión. Estábamos todos expectantes mientras el avión se seguía moviendo porque la turbulencia no cesaba“, explicó.

En el segundo aterrizaje, los pasajeros ya podían ver el suelo desde la aeronave: “en el primer intento no se veía nada” y describió la situación “como si el avión hubiera entrado en una nube de polvo” antes de pegar contra el suelo.