Los vecinos completaron más de 50 bolsas repletas de plásticos que se encontraron en un trayecto de 200 por 5 metros de ancho.

La bajante extraordinaria del río Paraná provocó una emergencia hídrica, que alarma al Gobierno nacional y a los gobiernos provinciales. Sobre el río Salado, que es uno de los principales afluentes por la margen derecha del Paraná, comenzaron a asomar cientos de plásticos y otros residuos a medida que el río se estrechaba. Un grupo de vecinos de Santo Tomé decidió pasar del discurso ambientalista a la acción: se calzaron guantes y botas y se dirigieron a la Costanera de la ciudad.

Unos 30 miembros de la Mesa Territorial Ambiental de Santo Tomé, agrupación sin bandera política, recolectaron más de 50 bolsas de consorcio repletas de plásticos que se encontraron en un trayecto de 200 por cinco metros de ancho en el río. Las etiquetas y marcas distintivas de algunos de los envases plásticos recogidos dieron cuenta de que la corriente los arrastró desde otras provincias durante años.

Fue la primera de las jornadas de limpieza que llevará a cabo el grupo. “La idea es que sea algo habitual. Es la manera de poder generar un impacto positivo”, dijo Javier Maillo, un guardavidas que forma parte de la Mesa Ambiental y que participó el fin de semana pasado en la limpieza del río en la Costanera.

Por la bajante del río Paraná, aparecieron residuos plásticos en las orillas del río Salado

Parte de las bolsas con residuos fueron colocadas junto al cartel de Santo Tomé y el resto en el acceso a la ciudad, de manera simbólica. “Lo hicimos como forma de protesta, para que la gente vea lo que está pasando en el río que es de todos. Es una cuestión que nos atañe a todos”, señaló Maillo en diálogo con Aire Digital.

El activista experto en islas se mostró angustiado por el escenario y deseó nunca volver a vivir un desastre ambiental. “La basura impacta en el paisaje pero también en la economía porque el río es una fuente de la que viven muchas personas de la provincia”.

Sin embargo, destacó que “en lo que más genera daño es en la fauna, en los peces y animales que consumen esos peces, y que incluso pueden llegar a ser consumidos por el hombre”. De hecho, durante el recorrido los ambientalistas observaron animales muertos. “Las aves tratan de pescar como pueden, entre el agua y la basura. Es difícil entender cómo sigue habiendo vida en algo tan sucio”, expresó Maillo.

La contaminación de plásticos representa uno de los problemas ambientales más amenazantes de los últimos años, dañando especies marinas y generando gran impacto en la economía y el turismo.

La pandemia de coronavirus aceleró esta contaminación, observándose gran cantidad de elementos compuestos por el material en playas y costas argentinas. Un reciente estudio del Instituto Argentino de Oceanografía determinó que incluso la mayoría de estos elementos fabricados con materiales poliméricos terminarán formando piscinas de microplásticos en los mares.

Para Javier Maillo, la contaminación de las aguas con plástico tiene como causa “la negligencia de la gente, que por desconocimiento o ignorancia tira cosas al río”. “Y esto es basura doméstica, ni hablar de la industrial”, mencionó en referencia a la cantidad de residuos recolectados en la Costanera de Santo Tomé. “El río es de todos, de nuestros hijos, nietos, de las generaciones por venir. Si no hacemos algo ahora vamos a perder lo poco que está quedando”.