“Los indicios llevan a creer que hicieron alguna maldad con ellos”, dijo el presidente brasileño sobre el hallazgo de vísceras humanas. El periodista inglés Dom Phillips y el indigenista brasileño Bruno Ribeiro Pereira están desaparecidos desde el 5 de junio en la selva amazónica.

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, afirmó que se encontraron “vísceras humanas” en un río y que existen indicios de que “hicieron alguna maldad” con el periodista inglés Dom Phillips y el indigenista brasileño Bruno Ribeiro Pereira, desaparecidos desde el domingo 5 de junio en la selva amazónica, supuestamente víctimas de mafias que actúan invadiendo y depredando las tierras indígenas.

“Los indicios llevan a creer que hicieron alguna maldad con ellos, porque se encontraron flotando en un río vísceras humanas que están siendo sometidas a examen de ADN. Ya pasaron ocho días y es muy difícil encontrarlos con vida, aunque pido a Dios que eso ocurra”, dijo Bolsonaro a la radio CBN de Recife.

El comentario de Bolsonaro ocurrió luego de que la esposa de Phillps, la brasileña Alessandra Sampaio, informó a la cadena Globo que la Policía Federal le había avisado el hallazgo de dos cuerpos en la región del Vale do Javarí, estado de Amazonas, cerca de la frontera con Perú y Colombia, en el mismo lugar donde se encontraron el domingo una mochila, ropa y documentos de ambos.

El colaborador de The Guardian y Ribeiro, empleado de licencia de la gubernamental Fundación del Indio (Funai), estaban visitando la zona para hablar con los indígenas para un libro que el inglés estaba escribiendo acerca de la preservación del medio ambiente y el enfrentamiento a los intereses económicos que actúan ilegalmente en la selva amazónica.

En un comunicado, la Policía Federal de Manaos, capital de Amazonas, informó que “no proceden la información del hallazgo de los cuerpos” aunque precisó sí se encontraron materiales biológicos.

Paul Sherwood, cuñado de Phillips, citando una fuente de la embajada de Gran Bretaña en Brasilia, dijo a The Guardian que los cuerpos estaban atados a árboles.

El gobierno brasileño es acusado por entidades ambientalistas y de derechos humanos de haber abandonado la fiscalización contra el crimen organizado, la minería ilegal y la toma de tierras indígenas por parte del agronegocio, su gran base electoral.

El presidente Bolsonaro repudió la decisión del Supremo Tribunal Federal, sobre todo la del juez supremo Luiz Barroso, de ordenar a toda la cúpula del gobierno movilizar equipamiento para buscar a los desaparecidos.

“Decenas de miles de personas desaparecen en Brasil y Barroso se preocupó apenas por estos dos. Nosotros nos preocupamos por todos los desaparecidos. La orden del juez es dispensable porque el gobierno actuó desde el primer día”, se quejó Bolsonaro.

Bolsonaro se encuentra en una escalada retórica contra los jueces de la corte, amenazando con no cumplir las sentencias en su contra y acusando a algunos de ellos de estar confabulados para que sea derrotado en las elecciones generales del 2 de octubre, para las cuales aparece favorito el expresidente Luiz Inácio LUla da Silva.

La información entregada por Alessandra Sampaio y publicada por la red Globo aún no fue confirmada por las autoridades brasileñas.

Ambos se encuentran desaparecidos en el extremos oeste de la selva amazónica brasileña tras haber sido amenazados por supuestas mafias que actúan invadiendo reservas indígenas.

La mochila pertenecería a uno de los dos desaparecidos, dijo un dirigente indígena que había estado con ambos el domingo pasado en un aldea del Vale do Javari.

El material, que fue encontrado por el Cuerpo de Bomberos de Amazonas y enviado para pericias, estaba cerca de la casa de Amarildo Costa de Oliveira, un hombre detenido vinculado al caso. Fueron hallados ojotas, pantalones, medias y remeras, informó el coordinador de los bomberos de la ciudad de Atalaia do Norte, Barbosa Amorim.

La mochila estaba atada en un área llamada bosque inundado, como se conoce cuando la selva se transforma en un gran lago en la época de lluvias.

Phillips, colaborador de varios medios de habla inglesa como The Guardian, y Ribeiro Pereira, funcionario en licencia de la gubernamental Fundación Nacional de Indio, estaba en la región como parte de un proyecto de la redacción de un libro sobre la supervivencia de los indígenas ante las amenazas en la región.

Se habían trasladado en barca al lago Jaburu y debían volver a Atalaia do Norte la mañana del domingo anterior. La última vez que se les vio fue en Sao Gabriel, no muy lejos de su destino.

La Policía Federal había admitido el miércoles pasado que no descartaba “ninguna línea de investigación”, incluida la del homicidio, en una región considerada “peligrosa”.

La zona ha sufrido por la reducción de los órganos de fiscalización ambiental y protección indígena ante el avance de los pescadores y cazadores ilegales además de la presencia de grupos criminales que usan la región como ruta de la cocaína hacia Brasil desde Perú y Colombia.

El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos criticó al gobierno de Brasil por haber reaccionado en forma tardía para buscar a los desaparecidos.

El domingo hubo protestas en Río de Janeiro, Brasilia y Belém, capital del amazónico estado de Pará, por los dos desaparecidos en la selva amazónica.

El presidente Jair Bolsonaro había dicho que el viaje de los profesionales había sido una “aventura” y deslizó que pudieron haber sido “ejecutados” por tratarse de una región conflictiva. Ribeiro Pereira había sido amenazado de muerte por impedir como agente fiscal la pesca ilegal en la región protegida.