Se trata de Ángel Darío Arévalos, acusado por el encubrimiento del crimen de Lucas González, quien se opuso a que su situación sea debatida en juicio oral porque “no cometió ninguno de los delitos que se le enrostran”.
Se trata de Ángel Darío Arévalos, quien –según su defensor, Ramón Salto- “no cometió ninguno de los delitos que se le enrostran” puesto que cuando ocurrieron los hechos “desconocía lo acontecido antes de su arribo”.
Arévalos, según la defensa, “se limitó a brindar apoyo a sus compañeros de la fuerza sin causar ningún exceso en sus funciones, lo que surge incluso de las declaraciones testimoniales de los menores” que sobrevivieron, argumentó el abogado.
Arévalos fue procesado como “coautor material del delito de encubrimiento doblemente agravado por la condición de funcionario público y por ser el delito precedente especialmente grave”.
Además, se le reprocha la “privación ilegal de la libertad doblemente agravada por tratarse de funcionarios públicos que con abuso de sus funciones o sin las formalidades prescriptas por ley privaron de la libertad de Julián Alejandro Salas, Lucas Santiago González y Joaquín Zúñiga Gómez”.
Según el procesamiento, “en desempeño de un acto de servicio cometió vejaciones contra las personas que se detuvo”.
“Ello coloca a mi asistido en situación de indefensión porque no pudo ejercer su defensa técnica en forma efectiva de dichas imputaciones. No es caprichosa esta observación porque no surge de los planteos que contesto, en concreto ¿en qué momento mi ahijado procesal habría cometido dicha falsedad ideológica?, como así tampoco ¿en qué circunstancias de tiempo, lugar, modo y ocasión habría cometido torturas y/o en todo caso en qué consistirían estas?”, añadió.
“Nunca mi ahijado procesal fue anoticiado de dichas imputaciones. (…) Arevalos fue claro al señalar su posicionamiento y desconocimiento de todo lo acontecido previo a su arribo al lugar de los hechos, lo que surge de su relato”, enfatizó el defensor.
Además hizo hincapié en que en el peritaje de olores el resultado respecto de Arévalos fue negativo. “Surge de las conclusiones de la pericia odorológica que mi asistido nunca tuvo contacto con los menores y por ende nunca privó de su libertad a los mismos como se pretende”, insistió.