
En previa del 1 de diciembre, Día Mundial del VIH y el Sida, se presentaron los nuevos datos epidemiológicos de Argentina. A través de un encuentro virtual del cual participaron el Ministerio de Salud, ONUSIDA y la OPS/OMS, pero no hubo posibilidad de participación alguna por parte de las organizaciones de la sociedad civil con trabajo en VIH.
Esta actitud dio lugar a un comunicado de repudio por parte del Frente Nacional por la Salud de las Personas con VIH, en el que denunciaron la falta de participación y algunas inconsistencias en la presentación de los datos. Se esperaban nuevos hallazgos pero se presentó que los casos notificados se redujeron de 5.800 anuales a 4.800 en el ultimo tiempo.
Este dato podría indicar no al descenso de nuevas infecciones, sino a una baja en la notificación debido a la saturación del sistema de salud. Tampoco se mostraron avances en relación con la información sobre la cantidad de personas con VIH en tratamiento efectivo, dato reclamado por las organizaciones desde hace varios años y que el Ministerio de Salud aún parece estar imposibilitado de medir.
Es decir, sabemos cuántas personas desconocen su diagnóstico (17% de la totalidad de quienes tienen VIH) y sabemos cuántas están en tratamiento en el sistema público (65% de quienes conocen su diagnóstico, aprox. 60.000 personas), lo que aún no sabemos es cuántas personas tienen la carga viral indetectable, es decir, que llevan a término su tratamiento, es efectivo y por lo tanto no transmiten el virus por vía sexual.
La pandemia del coronavirus acentuó las barreras de acceso a la salud con las que viven las personas con VIH; un estudio de la Asociación Ciclo Positivo demostró en septiembre pasado que el 53% de las personas con VIH recibieron medicamentos solo para 1 mes, cuando la recomendación internacional es dar a todas las personas tratamientos para 3 meses o más.
En este contexto, y luego de la reciente renuncia del director de la Dirección de Respuesta al VIH, ITS, Hepatitis y Tuberculosis, es urgente que el Estado implemente medidas para garantizar el acceso a una buena calidad de vida de las personas con VIH. Se espera también el urgente tratamiento del proyecto de ley 5040-D-2020, el cual descansa en el cajón del diputado Pablo Yedlin, presidente de la Comisión de Salud y Acción Social desde hace 2 meses.
Anoche 30 de noviembre, en vigilia, la fachada del Congreso se tiñó de rojo para reclamar por una Nueva Ley de VIH, Hepatitis, Tuberculosis e ITS, que fue presentada por tercera vez y busca actualizar la respuesta a estas patologías desde un enfoque transversal de derechos humanos, y no solo a través de acciones de carácter biomédico.