La Cámara de Apelaciones y Garantías de San Isidro declaró “inadmisible” el hábeas corpus presentado por la defensa de la empleada doméstica y seguirá detenida.

La empleada doméstica detenida como presunta entregadora del doble crimen del matrimonio asesinado a balazos hace una semana en su casa del partido bonaerense de Vicente López continuará detenida, luego de que la Cámara de Apelaciones y Garantías de San Isidro rechazara el “habeas corpus” que había presentado su defensa.

La Sala 1 del mencionado tribunal, integrada por los camaristas Oscar Roberto Quintana y Ernesto García Maañón, declaró “inadmisible” el recurso y con ello la imputada María Ninfa Aquino, de 64 años, continuará detenida por el doble homicidio del abogado jubilado José Enrique Del Río, de 74, y María Mercedes Alonso, de 72.

Aquino enfrenta una imputación por parte de la fiscalía como “partícipe necesaria” de un “doble homicidio doblemente agravado por alevosía (por el estado de indefensión de las víctimas) y criminis causa” (cuando se mata para ocultar otro delito, en este caso el robo, y lograr la impunidad).

Su abogado, Hugo López Carribero, había sostenido en su presentación que la detención es “ilegítima y arbitraria” y que el encarcelamiento preventivo de su defendida implica “un daño al principio de la libertad personal”.

Ahora, con este fallo de la Cámara, “Nina” Aquino seguirá presa en la Comisaría de la Mujer de San Isidro.

En tanto, los dos hijos de las víctimas fueron aceptados en las últimas horas como particulares damnificados en la causa.

Fuentes judiciales y el abogado que los representa, Félix Linfante, confirmaron a la agencia de noticias Télam que el juez de Garantías 1 de San Isidro, Ricardo Costa, aceptó en las últimas horas el pedido que hicieron Martín y Diego Del Río para ser tenidos en cuenta como particulares damnificados.

Con ello, los hijos de las víctimas, tendrán acceso al expediente y podrán solicitar medidas.

Los tres fiscales de Vicente López que trabajan en el caso son Martín Gómez, Alejandro Musso y Marcela Semería.

La fiscalía la dejó detenida a la empleada por una serie de contradicciones y actitudes extrañas que tuvo antes, durante y después del hallazgo de los cadáveres.

Según las fuentes, le dijo a los investigadores que no le llamó la atención el desorden que había en el living y otros ambientes porque el matrimonio estaba por mudarse a un departamento en el barrio de Núñez, aunque la casa estaba revuelta e incluso había un balazo que atravesó un almohadón, quedó incrustado en el parquet del living y cuya vaina servida ella misma levantó de una alfombra.

Según declaró la mujer, llegó a la casa a las 6.50 y recién minutos antes de las 9 le llamó la atención que el matrimonio no hubiera bajado a desayunar, pese a que además vio que estaba intacta la cena, un plato con brócoli y alcauciles que ella les había dejado cocinada para la noche anterior.

Además, cuando la mujer vio que el matrimonio estaba asesinado dentro del auto, apagó la luz de la cochera, cerró la puerta con llave, las colgó en el llavero, avisó a los hijos y se puso a ordenar la casa.

Otro de los indicios es que en la casa de Aquino se secuestró una billetera rojiza marca “Prune”, donde según uno de los hijos de las víctimas, su madre guardaba la llave de la caja fuerte.

En su celular se halló una foto borrada de esa misma billetera, aunque la defensa sostiene primero que la tenía en su casa porque se la había regalado su patrona y luego que una vez la había perdido con 2.000 pesos y cuando la encontró la fotografío para avisarle a su nuera que había aparecido.

El robo y posterior doble crimen fue cometido en la casona de la calle Melo al 1100 entre las 16:48 del miércoles pasado -momento del último contacto telefónico de Alonso- y las 4.30 de la madrugada del jueves, horario estimativo de la data de muerte.

Para los investigadores, los homicidas de Del Río y de Alonso robaron unos 10.000 dólares, 1.500.000 de pesos, 50 lingotes de oro de 10 gramos y diamantes, y antes de escapar se llevaron el disco rígido con las imágenes de las cámaras de seguridad de la casa.

Los fiscales manejan la hipótesis de que el matrimonio Del Río fue abordado luego de que la mujer regresara de hacer unas compras a un supermercado -las bolsas con mercadería quedaron arriba del auto-, o que alguien proporcionó una copia de la llave.

Las víctimas estaban sentadas con los cinturones de seguridad colocados en los asientos delanteros del Mercedes Benz E350, la mujer del lado del conductor con un tiro en la cabeza y el hombre como acompañante con tres disparos.

El tirador los ejecutó con una pistola calibre 9 milímetros de atrás hacia adelante de derecha a izquierda, por lo que se cree que podía estar en el asiento trasero.