Días de furia el Estados Unidos, la crisis social que se desató luego del asesinato de George Floyd es un antes y un después en la historia reciente norteamericana

Estados Unidos está en llamas, la presión social crece, la gente está cansada del racismo, de la discriminación, de la xenofobia, sumado a la crisis sanitaria y económica a raíz del coronavirus. Las personas tomaron la calle hace ya varios días, el presidente Donald Trump apagó las luces de la Casa Blanca y escapó a un bunker cuando los manifestantes se hicieron presentes en Washington

En la noche del domingo la gobernadora de dicho estado dictó el toque de queda que se suma a los de Miami, Orlando, Atlanta, Chicago, Detroit, Kansas, Cleveland, Seattle, Philadelfia, Portland o Dallas y otros. Esa noche la policía tiró gases lacrimógenos a los manifestantes que se reunieron para protestar en contra de la brutalidad policial y el racismo. Asimismo, además del toque de queda, la alcaldesa activó de la Guardia Nacional.

El asesinato de George Floyd fue la gota que rebalsó el vaso de años de soportar la impunidad policial y la supremacía blanca, un problema que no solo corresponde a los Estados Unidos sino que es una disputa global que aun hoy en el 2020 sigue vigente. Posteriormente al asesinato, en los últimos días miles de usuarios inundaron las redes con videos que muestran la impunidad con la que se manejan los oficiales de todo el país.

Hasta el momento según distintas fuentes se reportaron dos víctimas fatales como producto de la represión en las manifestaciones que se iniciaron el miércoles pasado. Una sucedió en Minneapolis, donde comenzaron las protestas y la segunda en Detroit. Por otro lado, en el estado de Minnesota en una nueva manifestación además de la represión de la policía, un conductor de un camión cisterna embistió a los manifestantes, sin embargo ninguno de ellos salió herido.

Las protestas se hacen oír a lo largo del país, artistas, deportistas, todos se unen en contra del imperio y Trump está escondido en su guarida. Por primera vez en décadas las luces de la Casa Blanca se apagaron, como de a poco se apaga el mandato de uno de los mandatarios más deplorables que tuvo el país del norte. Sin embargo, esta podría ser la punta del iceberg de la caída de uno de los gobiernos más poderosos del mundo, gobierno al que no pudo salvar ni su capitalismo feroz, ni su brutal represión. ¿Al final los más grandes caerán por su propio peso?