Joaquín “El Paisa” Aquino, el presunto narco investigado por la procedencia de la cocaína adulterada que mató a 24 personas e intoxicó a más de 80, fue trasladado hoy desde la sede policial en la que estaba alojado a una unidad penitenciaria federal en CABA.

De acuerdo a los voceros, “El Paisa” Aquino fue llevado esta mañana desde la Superintendencia de Investigaciones del Tráfico de Drogas Ilícita de Vicente López, hasta la Unidad 28 del Servicio Penitenciario Federal que funciona en los tribunales de Lavalle 1.337, en CABA.

En tanto, fuentes judiciales indicaron que mañana se vence el plazo de los 10 días hábiles para resolver la situación procesal de Aquino y los otros seis detenidos a disposición del juez Culotta, que junto a la Procuraduría de Narcocriminalidad de la Nación (Procunar), los acusan de integrar una banda narco que operaba en la zona de Villa Loyola, Villa Sarmiento y Villa 18, todas en el partido de San Martín.

La semana pasada, El Paisa” amplió su indagatoria ante el juez y afirmó que la droga hallada en su domicilio cuando lo detuvieron un día después de las muertes e intoxicaciones por cocaína adulterada fue “plantada” por la Policía.

Aquino y los otros seis sospechosos están imputados de “tráfico de estupefacientes, en la modalidad de comercio y tenencia con fines de comercialización agravado por la intervención de tres o más personas organizadas para cometerlo y tenencia ilegítima de arma de guerra”.

Entre los otros apresados están Aldana Benítez, pareja del “Paisa”, quien reside en el mismo inmueble de Villa Loyola, y declaró en igual sentido que Aquino.

Todos los imputados en este expediente afrontan los mismos cargos aunque con distintos grados de responsabilidad, siendo “El Paisa” el presunto “organizador” de la banda.

A su vez, el fiscal Martínez solicitó esta semana que la Procunar se sume a la investigación del caso de la cocaína adulterada, por lo que comenzó una colaboración con intercambio de información con ese organismo nacional.

La semana pasada los peritajes oficiales determinaron que la cocaína había sido cortada con “carfentanilo”, un opioide 10.000 veces más fuerte que la heroína y el fentanilo, y de uso exclusivo veterinario ya que se utiliza para dopar animales de gran porte como elefantes y rinocerontes.