El Soldado Ricardo Barreira se enteró semanas atrás que, para el Ejército, está muerto.
El Sargento Ayudante Ricardo Barreira se enteró semanas atrás que estaba dado por muerto, ya que su exesposa cobraba una pensión por fallecimiento de él mismo. Al realizar las averiguaciones pertinentes, la información arrojó que figuraba como “fallecido“ desde 2004. “Nunca me dieron una explicación. Solo me dijeron ‘para el Ejército estás muerto’”, señaló Barreira en diálogo con Central de Noticias.
El protagonista de historia contó que ya abrió una causa penal en el Juzgado Federal N° 2 junto a su abogada, la doctora Carolina Muñoz.
Barreira relató: “ingresé en el Ejército en el año 1982. No me quedé con eso solo y me formé lo máximo que pude: hice cursos de andinismo, de manejo de explosivos, trabajé en esa división incluso, etcétera. No fui un tipo que me quedé, estuve mejorándome. Estuve en Yugoslavia. Fui portaestandarte elegido por mis compañeros“.
El exsoldado señaló que durante el año 2000 “estaba realizando trabajos en un grupo de apoyo a la comunidad, siempre dentro del Ejército”. En una mala maniobra durante un simulacro, sufrió un accidente y se lastimó la espalda. A partir de entonces comenzó un calvario que continúa hasta el día de hoy: “de ser el buen soldado pasé a ser el peor: no me podía mover. Y me encuentro con la baja“.
Barreira entonces demandó al Estado solicitando la reincorporación al Ejército: “22 años después me di cuenta que lo único que podía ser y para lo que me había formado era para ser un soldado. Me afectó muchísimo la baja”, explicó. El problema fue que realizó todo el proceso judicial con un abogado “trucho” y terminó perdiendo el juicio.
Luego de esta situación, Barreira acudió al Instituto de Ayuda Financiera para Pago de Retiros y Pensiones Militares (IAFPRPM), en donde certificaron que su expareja y sus hijas efectivamente cobraban una pensión hasta los 21 años. Sus hijas no percibieron el dinero, su ex esposa sí.
“Me costó tomar dimensión de lo que era el hecho, no tiene techo, es gravísimo” dijo, y lo peor de todo es que aún no sabe qué pasó: “nunca me dieron una explicación. Solo me dijeron ‘para el Ejército estás muerto’”. Resaltó que vive una “odisea” desde la baja hasta hoy.
Su abogada expresó: “Ricardo tenía la baja ‘en teoría’ y demandó al Estado. Cuando acudió a que trate su caso, me trajo una sentencia de la Corte Suprema y le señalaba que no se podía hacer más nada. Empezamos a averiguar y el abogado no era tal, es trucho, bueno, varias situaciones”.
“El Estado muestra un legajo que explica que la baja es por deserción simple. Y tenemos documentos del Ejército en los que Ricardo se presentó espontáneamente y varias veces. Además, tenemos una carta documento donde señala la prescripción de la baja, por lo cual debió haber sido reincorporado“, prosiguió la letrada.
Otro documento, además, “declara fehacientemente que Ricardo está fallecido y es retirado, cuando el Estado declara que tiene la baja del servicio”.
“Automáticamente solicité un informe por la Ley 26.854, que es un informe para el interés público comprometido”, señaló la abogada. “Esto es un delito penal. O hay falsificada una partida de defunción o hay una firma de un médico que certificó su defunción. Puede catalogarse como estafa, como defraudación a la administración pública“, aseguró.