Sociedad

Transporte público: así se viajó hoy en trenes y colectivos en el primer día de las nuevas restricciones

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El gobierno cerró escuelas y limitó horarios de comercios y restaurantes, pero en el transporte público los pasajeros siguen viajando hacinados.

El transporte público sigue siendo un caos. Las restricciones impuestas por el gobierno nacional, no alcanzaron aún a este sector: los trenes van llenos y en horas pico es una lotería tomar un colectivo. Hay decenas de efectivos de la Policía Federal en la Estación de Constitución, pero se controla poco y nada. Por la entrada de Lima se chequea a los que ingresan y por Brasil a los que salen. Pero los controles son aleatorios: no paran a todos los pasajeros y cuando lo hacen a veces no chequean que la imagen del certificado de circulación o el código QR del permiso se corresponda con el DNI de la persona que viaja

Cualquiera muestra un papel y pasa. “Es mucha pérdida de tiempo”, confiesa un agente de las fuerzas federales. “Si cotejamos todos los permisos con los documentos cuando llegan dos trenes al mismo tiempo, el amontonamiento en la estación es peor”, agrega el policía. Algunos uniformados cumplen turnos de aproximadamente doce horas, y se los ve cansados. Los operativos no están en todas las estaciones por falta de efectivos, situación que seguramente cambiará a partir del lunes con el agregado de personal que informó Alberto Fernández.

¿Cómo le digo a alguien que viene a hacer una changa a Capital, que se tomó un colectivo y el tren, que se vuelva a su casa? Viajó tres horas, trabaja en negro, si no viene no come ni él ni su familia. Es difícil mandarlo de vuelta porque no está habilitado”, confiesa un empleado de Trenes Argentinos, de manera anónima. Voceros de la empresa admiten que la hora pico de la tarde “puede llegar a ser un lío, si los que salían a la noche de trabajar adelantan el horario del regreso a su casa por la prohibición de circular en el AMBA desde las 20 horas”.

“Vamos a ver qué pasa a partir de esta tarde dicen, por ahora no tenemos orden de cambiar los diagramas de los trenes”. Este directivo se refiere no solo al Roca, sino también a los tres ramales del Mitre, el San Martín y el Belgrano Sur. En la Avenida Sáenz, entre las avenidas Roca y Perito Moreno, pasan decenas de líneas. “A la tarde es un caos por la cantidad de gente que hay para tomar el colectivo, acá en el Metrobús. No hay nadie que controle. Las colas son larguísimas y viajan todos amontonados”, cuenta Rodolfo Aguiar, comerciante de la zona.

Por la mañana, los controles en muchos puntos también fueron muy amenos. En Puente Pueyrredón, por ejemplo, cada cinco o seis colectivos que pasaban de la zona sur a Capital, la Prefectura paró a dos para verificar que los pasajeros tuviesen el certificado de circulación. A las siete de la mañana son a lo sumo tres efectivos, y no pueden chequear a todo el transporte urbano que atraviesa el puente. Con mucha vocación, los efectivos paran, por ejemplo, a las líneas 134 y 17, pero por el carril que no fue reducido pasan varias líneas más: las líneas 45, 100, 98 y 10.

Además también están los pasajeros que se hacen los dormidos para que no les pidan el permiso. Otros trabajadores, para no tener ningún tipo de riesgo, cruzan el Puente Pueyrredón viejo caminando y ahí a metros está la cabecera de la línea 12, que los lleva a Palermo. El transporte público, no está adecuándose a los controles: “A nosotros nadie nos para en ningún lado”, dice Ricardo, conductor de la línea 302 en Puente La Noria. “Estamos llevando a todos en todas las paradas. Soy chofer, no puedo pedir el permiso de circulación”, agrega.

Esto es solo por mencionar algunos ejemplos. La Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT) en esa zona brilla por su ausencia. La misma situación se da con el colectivo 124 en Medrano y Córdoba, Palermo. Pasa un coche tras otro y ninguno levanta a los pasajeros con el argumento de que no pueden llevar más de diez personas paradas. La gente se desespera y no entiende por qué todavía rige la prohibición de sentarse en los primeros asientos del ómnibus.

“Hay gente que se enoja, le rompe los vidrios al colectivo o le quieren pegar al chofer y, estas situaciones lamentablemente se han potenciado con la pandemia”, señalan los dueños de las empresas.

Florencia Speroni

Locutora Nacional. Periodista de Espectáculos, ex panelista de "Convicciones" con Lucho Avilés y mama de Manolito

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Florencia Speroni