Estimaron que el coronavirus podrá extenderse fácilmente otro año si las naciones pudientes especulan junto a las farmacéuticas con el envío de vacunas
Si bien en Argentina los números del coronavirus vienen en baja, con reducción de contagios, internados y fallecidos, no ocurre lo mismo en otras naciones y la Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó que si las vacunas no son distribuidas a todo el mundo en la brevedad, la pandemia se extenderá todavía un año más.
Este jueves la OMS emitió un comunicado advirtiendo que la pandemia “durará un año más de lo que debería” porque los países más pobres no están recibiendo las vacunas que necesitan, a la vez que apuntaron contra las naciones ricas porque, junto a los laboratorios, especulan con las vacunas y las guardan. En ese sentido, el doctor Bruce Aylward, uno de los líderes de la OMS, dijo que, si esta situación continúa, la crisis provocada por la propagación del Covid-19 podría “prolongarse fácilmente hasta el 2022”.
Para graficar sus palabras basta con revisar algunos números, en los que se destacan que menos del 5% de la población de África recibió las dos dosis, mientras que en la mayoría de los otros continentes ese número asciende al 40%.
Hoy, la organización People’s Vaccine expuso un trabajo que revela que de los 1.800 millones de vacunas que los países ricos prometieron, solo se repartieron 261 millones y los laboratorios farmacéuticos que las producen entregaron apenas el 12% de las dosis destinadas al mecanismo Covax.
Hasta el momento, España entregó solamente 6,2 millones de los 30 millones de dosis que se comprometió a distribuir para los países más pobres, el Reino Unido 9,6 millones de los 100 millones de dosis que prometió. Alemania el 12% de las 100 millones de dosis con las que se comprometió y Francia el 9% de los 120 millones prometidos.
En América, Canadá entregó 3,2 millones de los 40 millones de dosis que prometió y Estados Unidos casi 177 millones, el 16% de los 1.100 millones de dosis que había prometido.
La idea original detrás del Covax (el programa global respaldado por las Naciones Unidas para distribuir vacunas de manera justa), era que todas las naciones podían adquirir vacunas a través de ese mecanismo, incluyendo los países ricos participantes. Sin embargo la mayoría de los miembros del G7 comenzaron a hacer acuerdos bilaterales en forma privada e individual directamente con las farmacéuticas, de modo así de asegurarse primero sus propias vacunas.
“Las naciones ricas y las corporaciones están fallando vergonzosamente a la hora de cumplir sus promesas y bloquean la solución real que brindaría a las poblaciones más pobres la capacidad de fabricar sus propias vacunas. Esto solo demuestra que, tristemente, las personas más vulnerables no pueden confiar en la generosidad y la caridad de los más ricos y las farmacéuticas. Las consecuencias son horribles: cientos de miles de personas mueren a causa de la Covid“, señaló Winnie Byanyima, directora ejecutiva de ONUSIDA (Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida).
Además, gobiernos como el británico siguen bloqueando la posibilidad de que países como India o Sudáfrica fabriquen sus propias vacunas para no tener que depender de la caridad internacional.
Para poder cumplir con el objetivo de la OMS de tener al 40% de la población mundial vacunada a fines de 2021 y alcanzar el 70% a mediados de 2022, como era la intención primaria, es necesario que se redistribuyan de inmediato las dosis y en forma equitativa, para que puedan llegar a todos lados.