Podoroska consiguió una buena victoria frente a Laura Siegemund y ahora se enfrentará con una gloria del tenis como Serena.

Nadia Podoroska (44°) arrancó firme en el WTA 1000 de Roma (polvo de ladrillo/outdoor), en una intensa batalla venció a la alemana Laura Siegemund (55°) por 2/6 7/6(3) y 6/1. Tras dos horas y media de intenso partido, la tenista argentina avanzó a la segunda ronda del certamen, en donde se medirá nada menos con Serena Williams (8°), el miércoles en el Court Central del Foro Itálico. Será la primera oportunidad en que Nadia se enfrente a una de las leyendas vivientes del tenis, dueña de 73 títulos en el tour, 23 de ellos de Grand Slam, la arista más saliente en la trayectoria de la menor de las hermanas Williams. La estadounidense, octava preclasificada en el cuadro principal, no compite en el tour desde febrero, cuando perdió ante la japonesa Naomi Osaka (2°) en las semifinales del Australian Open.

Podoroska expuso muchas virtudes en el Court 3 del Foro Itálico para poder eliminar a Siegemund, una jugadora experimentada y con dos títulos WTA en su vitrina. El primer set fue muy favorable para la germana, que se lo llevó con amplitud. La rosarina apareció en escena en el segundo parcial y no titubeó para lograr igualar el marcador después de imponerse con claridad en el tie break. Lo mejor de la representante albiceleste se vio en el capítulo decisivo, merced a que se apoyó en su buen servicio y fue agresiva con la devolución, una combinación letal para firmar el arribo al segundo turno del WTA 1000 de Roma. Podoroska no ganaba en el circuito desde fines de marzo, cuando derrotó a la egipcia Mayar Sherif (120°) en la rueda inaugural del WTA 1000 de Miami.

Podoroska tendrá un enorme desafío frente a una de las mejores jugadoras de la historia del tenis como Serena Williams. El escenario juega su papel también, la competencia que se desarrolla en la capital de Italia es una cita de lujo, una de las más importantes del tramo europeo de pistas lentas. De paso, intentará hilvanar dos victorias consecutivas, algo que no consigue desde la gira oceánica de canchas de cemento previa al Australian Open, en el WTA 500 Yarra Valley Classic.