
Christian Eriksen, el futbolista danés de 29 años que se desplomó infartado en medio de un partido de la Eurocopa, rompió el silencio y admitió que estuvo “cinco minutos muerto”.
El exmediocampista del Inter de Milán (adonde jugaba cuando sufrió el incidente, y en donde fue campeón de la Serie A) y actualmente con posibilidades de sumarse al Ajax de los Países Bajos, relató en una entrevista con la televisión pública danesa DR que “la gente lo vio y lloró en sus casas o donde sea que lo vieron, y lo vivió completamente. A pesar de todo soy afortunado por estar aquí hoy y decirles ‘gracias por las lágrimas’. Pero que sigo aquí. Estuve cinco minutos muerto”.
Eriksen sufrió un infarto en pleno partido de su seleccionado ante Finlandia por la Eurocopa del 2021, en junio de ese año, y días después se le implantó un desfibrilador, dispositivo contraindicado para la práctica del fútbol profesional en Italia, lo que provocó que rescindiera su contrato con el Inter hace unas semanas.
Adelantó que quiere estar jugando en el Mundial de Qatar, a disputarse a finales de este año, y se mostró agradecido por el cariño popular: “No es que yo quisiera que la gente me enviara flores porque estuve muerto cinco minutos, pero fue muy especial. Fue tan agradable, y me ha ayudado tantos buenos deseos que me han llegado en este tiempo. Incluso ahora hay gente que me sigue escribiendo”.
Aseveró que los médicos lo autorizaron para regresar a las canchas de alto nivel después de que se haya hecho todas las pruebas posibles y no haya sufrido ningún percance nuevo.
“Creo que es el amor por jugar al fútbol. ¿Me puedo ver a mí mismo sin fútbol cuando sé que los médicos dicen que estoy bien? Entonces nada en mi interior me dice que no tengo que jugar”, afirmó y aseguró no tener miedo a que pueda sufrir un incidente similar en el futuro. “De ninguna manera, ni por asomo. Al principio, tenía cuidado pensando en cuánto podía aguantar mi corazón tras lo ocurrido. Pero ahora siento que me han hecho tantas pruebas como era posible, así que no, no tengo ningún miedo a que pueda ocurrir otra vez”.