
Un policía retirado sería el autor de la balacera en Quilmes que terminó con un ladrón adolescente muerto, otro peleando por su vida y un tercero herido aunque fuera de peligro y detenido.
Sin embargo, hasta el momento no hay pistas firmes para dar con el implicado y la fiscalía cuenta con tan solo una prueba relativamente firme, por lo que hallar al criminal se está volviendo una tarea difícil.
Todo comenzó el viernes a la madrugada, cuando una mujer de 28 años fue sorprendida mientras estaba yendo a trabajar por tres delincuentes en una moto en la calle Baranda al 4300, de Quilmes Oeste. Intentaron quitarle la cartera, pero ella se resistió, empezó a gritar y llamó a su padre. Los vecinos de la zona prendieron las luces de sus casas, uno de los malvivientes disparó al aire y escaparon los tres, sin llevarse nada.
Sin embargo, cuando todo parecía haber culminado, la policía fue alertada sobre la presencia de dos personas baleadas y una moto tirada en la calle, a unas 12 cuadras del suceso anterior.
Al arribar los agentes de la fuerza, constataron la denuncia y ambos lesionados fueron trasladados a un centro médico, en grave estado. Los operaron pero Agustín Dillie (15) murió por el disparo que recibió en el abdomen. Su cómplice, de la misma edad, permanece internado en terapia intensiva, con dos tiros en el tórax y la cadera dislocada.
El tercer integrante de la banda, apodado “Convulsión”, escapó, también herido, pero fue finalmente capturado.
Con el paso de las horas y el estudio de la escena, las autoridades sospechan que el tirador fue un policía jubilado. Los detectives analizaron las cámaras de seguridad y en una se ve que los ladrones fueron atacados en un trayecto de 700 metros. En todo ese lugar, sin embargo, no apareció ninguna vaina servida, mientras que tampoco hay testigos.
Lo único que tiene el fiscal de la causa Jorge Saizar, de la UFI 5 de Quilmes, es un proyectil calibre 9 milímetros que pegó en la moto de los malhechores.