Siguiendo la línea de su vicepresidenta, el candidato libertario aseguró en el debate que “no fueron 30.000 los desaparecidos, sino 8.753”. Qué dijeron los demás candidatos.

El candidato libertario Javier Milei trajo al debate la teoría de los “dos demonios” y volvió a poner en duda el número de los desaparecidos. “Estamos en contra de la visión tuerta de la historia. Durante los 70 hubo una guerra y las fuerzas del Estado cometieron excesos, pero los terroristas del ERP y Montoneros mataron, pusieron bombas y cometieron delitos de lesa humanidad. No estamos de acuerdo con los curros de los derechos humanos”, dijo.

Milei afirmó que valora “la visión de memoria, verdad y justicia” en materia de derechos humanos, pero dijo que “no fueron 30.000 los desaparecidos, sino 8.753”.

Por su parte, Patricia Bullrich puso en un pie de igualdad a la dictadura militar y a las organizaciones guerrilleras de décadas pasadas al pedir que ambos sectores “reconozcan esa tragedia tan brutal” que vivió la Argentina en los años setentas.

“Aprendimos que cuando no impera la ley llegan las tragedias. Yo lo viví, la Argentina aprendió mucho de eso. La única manera de hacer política en serio es en paz y en convivencia y hubo una tragedia que nunca más puede ocurrir en la Argentina”, dijo en el debate presidencial.

El negacionismo de Milei, otro sello de LLA:

En tanto, Massa pidió  “cuidar el legado de memoria, verdad y justicia que iniciamos con el juicio a las juntas y terminamos con las condenas a los represores” y destacó el “enorme reconocimiento internacional que permite que los argentinos seamos palabra mayor en materia de derechos humanos”.

El candidato de UxP reiteró que si gana las elecciones va a “convocar a un gobierno de unidad nacional” y agregó: “Nadie puede sorprenderse de que esté integrado por sindicalistas y empresarios, trabajadores y comerciantes, sectores liberares, radicales y del PRO”.

A su turno, Juan Schiaretti afirmó que “los derechos humanos son un patrimonio de los argentinos y no pueden ser utilizados por un partido político”.

“Yo fui dirigente político durante el ‘Cordobazo'”, la rebelión en esa provincia contra la dictadura de Juan Carlos Onganía a fines de los ’60 “y recuerdo que fui víctima de un atentado y me tuve que ir del país”, aseveró durante el debate presidencial.

Añadió que “en Córdoba respetamos las instituciones y hay jueces que fueron nombrados por el radicalismo” que permanecen en sus cargos “y a mí no se me ocurriría no acatar un fallo, como hace el Gobierno nacional y espiar, como hizo el Gobierno de (Mauricio) Macri”.