A pesar de que el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, anunció un aumento salarial para el personal de las fuerzas armadas, continúa la protesta y el reclamo de la Policía Bonaerense en varios municipios de la provincia de Buenos Aires.
Durante la noche de ayer, se conocieron imágenes y videos de protestas en varios puntos de la provincia de Buenos Aires por parte del personal de la Policía Bonaerense, quien reclamaba por aumentos salariales y una mejora en las condiciones de trabajo. Hoy, el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, anunció un aumento salarial para el personal del sector. Sin embargo, las protestas no cesaron.
Esta tarde, se registran protestas en las localidades de La Matanza, San Martín, Merlo, Florencio Varela, Berazategui, Quilmes y José C. Paz, entre otros distritos bonaerenses. “Si no dan los números, esto puede terminar mal, puede haber un paro”, advirtió Nicolás Masi, secretario general de SIPOBA, el gremio policial.
“La situación de los policías es malísima, en cuanto a la situación económica y las condiciones de trabajo. La pandemia lo que hizo fue agravar la situación”, aseguró esta mañana Masi, y no descartó un paro de actividades. “El policía quiere saber cuánto va a cobrar a fin de mes. Nosotros pedimos 60 mil pesos de sueldo de bolsillo para oficial ingresante”, explicó el dirigente en diálogo con Radio Mitre.
Luego de la protesta inédita que se desató anoche en varios puntos de la provincia y también frente a la residencia del Gobernador bonaerense Axel Kicillof, esta mañana el Gobierno bonaerense anticipó en conferencia de prensa que otorgará una “mejora salarial importante” a la policía provincial, aunque afirmó que el aumento “estaba previsto y planeado” con anterioridad debido al “atraso de un 30 por ciento que hubo entre 2016 y 2019” en los ingresos de los uniformados.
“La idea del anuncio es dar certidumbre respecto de lo que va a pasar, ratificar que era algo que ya estaba previsto, pero por las circunstancias que se han vivido en el día de ayer nos parece pertinente ratificarlo y asegurarlo para dar tranquilidad a la fuerza policial”, resumió Carlos Bianco, jefe de Gabinete bonaerense, durante una conferencia de prensa.
Acompañado del ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, el funcionario admitió que no esperaban protestas: “nos sorprendió la retención de tareas porque hace 10 días que hablábamos de una recomposición salarial, pero lo importante es ratificar la intención para mejorar las condiciones de trabajo”, señaló Bianco.
Desde el Centro de Coordinación Estratégica de la Policía Bonaerense, Bianco aprovechó para referirse a las condiciones laborales de la fuerza provincial y aseguró que el desfasaje en los salarios de la Bonaerense se remonta a la gestión de María Eugenia Vidal: “en los últimos 4 años el atraso fue de un 30%, y eso hay que recomponerlo”, enfatizó.
A su turno, el ministro Berni aseguró que “gran parte de la Policía estuvo trabajando” durante el día de ayer, en el momento en que se originaron los reclamos de los efectivos. Según su relevamiento, “hacia las 7 de la mañana” los efectivos estaban retomando sus turnos con normalidad.
“Atrás de una protesta siempre hay que escuchar. La protesta estaba encabezada por familiares y personal retirado o exonerado de la policía, lo que sirve de apalancamiento para el resto de la fuerza”, precisó Berni.
Ayer, efectivos retirados de la Policía Bonaerense y agentes en actividad realizaron una protesta en el centro de la ciudad de La Plata y en distintos puntos del interior provincial en reclamo de una mejora salarial y en demanda de insumos para prevenir el contagio del coronavirus.
“La seguridad del gobernador nunca estuvo amenazada”, sostuvo Berni, y aclaró que no hubo incidentes con el personal apostado en la vivienda.
Los funcionarios indicaron que existen, además, puntos a corregir como la “recomposición de la carrera policial”, ya que hay un atraso en los ascensos de oficiales. Además, se atenderá la sanidad policial de los efectivos y sus familias, con sus centros propios de atención y el acceso a la vivienda, ya que “muchas veces tienen que trasladarse más de 200 kilómetros desde donde viven hacia donde trabajan”.