Estaba siendo intensamente buscado desde el lunes pasado. Según fuentes policiales, “se encuentra en buenas condiciones de salud y no presenta lesiones visibles”.
Ignacio, el nene de 13 años que había desaparecido el lunes pasado en el barrio porteño de Liniers, apareció sano y salvo esta mañana en Ciudad Evita, partido de La Matanza. Lo reconoció un vecino e inmediatamente dio aviso a la Policía de la Ciudad de Buenos Aires. Según fuentes policiales, el chico “se encuentra en buenas condiciones de salud y no presenta lesiones visibles”.
Familiares, vecinos y padres de la comunidad educativa de la la escuela San José de Liniers a la cual asiste Ignacio, estuvieron reunidos hasta pasada la medianoche en el establecimiento a la espera de un reencuentro que no llegó. “Nacho por favor, volvé porque te necesitamos”, rogó su hermano Manuel esta madrugada, en diálogo con el programa Re Despiertos por TN.
La familia del menor nunca pensó la posibilidad de que el chico no estuviera pudiendo volver a su casa “por algún motivo desafortunado”. Sin embargo, la preocupación aumentó a cada hora hasta su aparición.
Ignacio había estado jugando al fútbol hasta las 17 de este lunes en unas canchas cercanas al colegio. Su mochila apareció tirada en la calle y más tarde su celular adentro de un tacho de basura, en donde él mismo lo habría descartado, según las imágenes de una cámara de seguridad.
“Un chico con el uniforme del colegio, corriendo, sin mochila y sin celular”, destacó su hermano Manuel sobre el mismo video, que se convirtió en la última imagen de su hermano con la que contaban. Y dijo: “Le puede haber llamado la atención a alguna persona nefasta”. Su madre Roxana, quien por la mañana habló con la prensa en la puerta de su casa, afirmó: “Lo estamos esperando. Que pida ayuda, que diga que es Ignacio y que vuelva a casa”.
Según explicó la mujer, gracias a las cámaras de seguridad, la familia pudo reconstruir los pasos del joven hasta más o menos ayer a la tarde, cuando Ignacio descartó su mochila en la calle y su teléfono en un tacho de basura.
“Me enteré que estaba ausente por una notificación en la plataforma de la escuela y cerca de las 3 de la tarde hablé con la madre de otro chico que tampoco fue a clase y que tampoco sabía nada”, relató Roxana. Y continuó: “Empecé a llamar a Ignacio, que no me contestaba el teléfono. A la tarde logré ponerme en contacto y me dijo que estaba saliendo de la escuela. Nosotros sabíamos que no había ido”.
“Le dije que lo buscábamos con el padre por la esquina de Emilio Castro y Larrazábal. Habremos tardado 20 minutos pero cuando llegamos, no estaba. En ese momento me llaman de la escuela y me avisan que una mujer había encontrado su mochila en la calle. También me llamó la madre del otro chico que se había rateado para avisarme que el hijo llegó a su casa. Ahí nos preocupamos muchísimo”, concluyó. Por suerte, Ignacio apareció sano y salvo.