De manera sorpresiva, el periodista deportivo Emiliano Pinsón, de 50 años, contó que sufre Parkinson, una enfermedad que hasta el momento no tiene cura, que afecta los movimientos, coordinación, tono muscular y el equilibrio y que la padecen unas 100.000 personas en Argentina.
Invitado al programa Perros de la calle de Radio Urbana Play, el profesional explicó que “me hice un estudio del sueño y me dio mal. Me hice otro estudio más porque me sentía raro físicamente. Cuando fui al Fleni en febrero del año pasado me diagnosticaron Parkinson y ahí entendí todo. En ese momento no podía dormir bien y lo asociaba al estrés”.
Narró que “me dijeron ‘tenés Parkinson’ de manera media cruda, fue un shock” y agregó que “tengo el tipo de Parkinson que tiene el Indio Solari, el rígido. Aparece porque sí” y si bien es una enfermedad que lo aquejará de por vida, reconoció que aunque en un primer momento la noticia lo golpeó emocionalmente decidió luego enfrentarla con coraje. Agradeció a su vez el apoyo que recibió de colegas y empleadores: “Me dan más trabajo que antes”, reconoció.
“La médica me dijo que no iba a ser el de antes, que iba a estar cerca pero que no iba a ser el mismo, y eso me golpeó. Lo primero que hice fue llamar a mis viejos. Mi mamá pensó que me moría mañana”.
Señaló que “con este tipo de Parkinson tenés movimientos robótico, yo tengo uno leve pero estoy medicado y es de por vida, crónico. Te jode para ir al baño, para comer, abrir una puerta. Se mete por todos lados”.
Aclaró que “me siento bien, si bien me sensibilicé mucho y lloré bastante. Hay muchas cosas del deseo, no solo sexual, que perdés hasta que te vas equilibrando, sea por lo emocional o por los medicamentos”.
Pinsón detalló que “me voy a retirar cuando me de cuenta que no puedo más, hoy hablo bien, comento partidos, hago cosas. Me pasa que tengo dolores en el cuello cuando me voy a dormir, dolores que no tenía nunca, pero después estoy bien”.
Por último dijo que “te das cuenta que tenés una fuerza y una cabeza más fuerte de lo que pensabas y te encontrás con gente copada. Trabajo en el medio hace 25 años. A algunos también les impresiona y piensan que va a pasarte algo, pero yo hago las cosas de antes. Me doy cuenta en los detalles: antes tenía la voz más arriba, ahora más baja, bailar me cuesta pero de a poco hago chistes, hablo de mi amigo Parkinson. Sé que va a estar conmigo, estamos juntos, no queda otra. Quiero que me tratan igual, que me puteen. Soy la misma persona”.