Un estudio divulgado recientemente indica que el agua de lluvia no debe ser ingerida por el ser humano ya que es riesgoso porque contiene cantidades significativas de productos químicos artificiales y tóxicos.
El informe, publicado en agosto por la revista Environmental Science & Technology, reveló que el agua de lluvia de diferentes partes del mundo tiene concentraciones tóxicas de PFAS (sustancias alquílicas perfluoradas y polifluoradas).
Si bien muchas personas acumulan dicha agua para beberla, además de darle otros usos, se recomienda no hacerlo y de por sí hay ciertas regiones en Estados Unidos donde las leyes locales prohíben la recolección y uso del líquido sin la supervisión de las autoridades sanitarias.
Hasta el momento, la prohibición desde los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) venía porque hay una serie de contaminantes que pueden terminar en esta agua de lluvia, como bacterias, virus, parásitos, polvo, partículas de humo y otras sustancias químicas.
A eso se le suma factores ambientales ya que, por ejemplo, si se recoge agua de lluvia del techo la misma podría estar contaminada con excrementos de animales, y si las tuberías de desagüe son viejas podría haber materiales como el asbesto, el plomo y el cobre.
Ahora, si el agua se recopila en un recipiente como un balde, se puede llenar de insectos y materia orgánica en descomposición, como hojas muertas.
Ante eso, el CDC no recomienda beberla pero sí darle otros usos, como regar las plantas.