Le dieron dos años de prisión en suspenso y deberá asistir a un curso sobre violencia de género. El caso ocurrió en agosto de 2020.

Un enfermero fue condenado a dos años de prisión en suspenso y a asistir a un curso sobre violencia de género por haber cometido el delito de abuso simple contra una paciente que estaba internada en la Fundación Favaloro, por lo que la institución dispuso su “definitiva desvinculación”, se informó oficialmente.

El fallo fue dispuesto por los integrantes del Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional N° 15 de la ciudad de Buenos Aires y los hechos juzgados ocurrieron en agosto de 2020.

“En aquel entonces, y al haber recibido la denuncia por parte de la víctima, autoridades y profesionales de Fundación Favaloro nos pusimos a disposición de ella, su familia y la Justicia. De manera inmediata implementamos todas las medidas correspondientes para preservar su integridad psíquica y física”, indicó el director médico del Hospital Universitario, Matías Fosco, a través de un comunicado de prensa.

El directivo indicó que en la institución tomaron la decisión de separar de su cargo a la persona acusada, concluyendo en su definitiva desvinculación de la institución y presentaron espontáneamente en la causa elementos que pudieran servir de prueba para la justicia.

“Los y las pacientes constituyen el sujeto básico de nuestra tarea diaria, siendo el respeto por la dignidad y condición humana el valor guía de nuestras acciones”, se detalló en el comunicado y agregó que “quienes formamos parte de la Institución nos comprometimos desde el primer momento con la búsqueda de la verdad, tomando medidas inmediatas en pos de facilitar el esclarecimiento del repudiable hecho y de que el mismo no vuelva a suceder”.

Según la sentencia, Julio César Cruz Hinostroza ingresó en la habitación nº 705 del Piso 7, donde se hallaba internada la paciente a quien condujo hasta el baño de la habitación, donde abusó de ella aprovechándose del estado de somnolencia en que la que se encontraba, producto de la prescripción de medicamentos y sumado a la incorporación de “bendoziacepinas” que le suministró sin encontrarse recetadas, lo que agravó aún más su estado de vigilia.

El hombre fue condenado a dos años de prisión por abuso simple, utilizando como atenuante “sus condiciones personales puestas de resalto en la audiencia”, como también el reconocimiento expreso de su culpabilidad por el hecho imputado que permitió una mejor y más rápida resolución del caso y por no registrar antecedentes, según se indicó en el fallo.

Además, el enfermero deberá realizar tratamiento psicológico y asistir a un curso de violencia de género con perspectiva terapéutica en lo sexual.