Thomsen, sindicado como el líder de los rugbiers que asesinaron a golpes a Fernando Báez Sosa, se mantuvo inmutable hasta que habló el padre de la víctima
Máximo Thomsen, señalado como el líder del grupo de rugbiers que atacaron hasta matar a Fernando Báez Sosa, se mostró inmutable durante las primeras horas del juicio que se le lleva en contra a él y a otros siete amigos, aunque lloró durante la declaración del papá de la víctima.
Cuando le tocó hablar a Silvino Báez, luego de que lo hiciera la mamá de Fernando en el primer día de debate, Thomsen comenzó a llorar, aunque en ningún momento se quebró.
Por lo que pudo verse en las imágenes televisivas, Thomsen se se secó las lágrimas cuando el progenitor del joven asesinado contaba cómo la Policía le informó del crimen de su hijo.
Thomsen quedó filmado en cámaras de seguridad y videos mientras le pateaba la cabeza a Fernando, ya en el piso. De hecho, para los investigadores una patada suya fue la que terminó con la vida del joven de 18 años.
“Lo agarraba del pelo y le daba patadas”, contó un testigo al inicio de la investigación en el ataque, refiriéndose a Thomsen, quien permanece alojado junto al resto de los rugbiers en el penal de Melchor Romero de La Plata, aunque ahora fueron trasladados a Lobos para el juicio, que se extenderá por todo enero.
Thomsen jugaba al rugby en Arsenal Zárate Rugby y en 2017 pasó al CASI, pero el club de San Isidro lo suspendió tras haber sido arrestado.