El israelí, acusado del doble femicidio de su mamá y su tía, también dijo que lo culpan porque vive “de forma rara, precaria” y apuntó contra la Policía y la fiscalía 

El israelí Gilad Pereg, acusado de matar y enterrar a su mamá y a su tía en los fondos de su casa de la localidad mendocina de Guaymallén, habló hoy por primera vez en el juicio que se le está llevando en contra y deslizó macabras teorías, informaron fuentes oficiales. 

A la vez que un psicólogo aseveró que el también conocido “hombre-gato” maúlla en pedido de auxilio, él aseguró en su primera declaración judicial desde que fue detenido en 2019 que su madre le “habla en la cabeza”, que cree que “está viva” y que “la fiscalía y la policía ocultaron los cuerpos” en su terreno para involucrarlo.

“Me culpan porque vivo de forma rara, precaria, de forma no común como la de ustedes”, dijo el acusado ante el jurado popular que lo juzga por el doble homicidio tras la fallida primera audiencia en la que se la pasó “maullando” y tuvo que ser expulsado de la sala.

Vestido con una remera roja y la mirada hacia el suelo, Pereg ingresó minutos antes de las 13 a la sala de audiencias del Polo Judicial de Mendoza, que no pisaba desde el primer día del debate, el 26 de octubre pasado, cuando fue desalojado por maullar sin parar.

Sin maullar una vez, Pereg declaró en el juicio y dijo que su madre “está viva” y “los cuerpos fueron plantados”

Gilad Pereg, durante su detención por el doble femicidio y maullando ante los penitenciarios

A instancias de su defensor, Maximiliano Legrand, habló de cómo era su vida en Israel antes de radicarse en Guaymallén y en ese sentido relató que fue “al ejército” y vio “todo lo malo que hacen. Fui al psiquiatra del ejército para salir de ahí. Me tuvieron internado cuatro días y luego me soltaban, me hacía mal”.

Narró que con la ayuda de su madre, Phyria Saroussy (63), “decidí escapar de Israel. Ella me iba a mandar plata para vivir en otro país. Fui a Chile, luego a Buenos Aires y me fui porque había mucho tráfico”. 

Ese fue el puntapié inicial en el que comenzó a hablar de su progenitora, cuyo cadáver fue hallado el 26 de enero de 2019 en los fondos de la propiedad del acusado, junto a la tía de este, Lily Pereg (54). 

“Veo a mi madre que me habla en la cabeza y me dice que está secuestrada en un lugar oscuro. Que está muerta es mentira. No vi una foto, no vi nada. No sé donde están. La policía y la fiscalía ocultaron los cuerpos en mi terreno. Hicieron un allanamiento y no encontraron nada y justo el sábado encontraron el cuerpo”, detalló, haciendo referencia que para ese entonces él ya había sido detenido. Y añadió: “Ella está viva, no sé qué encontraron o no. Yo sé que está viva. La Policía no hace su trabajo, solo me molesta a mí”.

Siempre hablando de ella, dijo que “es mi vida. Jamás podría vivir sin madre. Vivía gracias a ella. Me enviaba dinero para poder sobrevivir. No tengo cómo vivir sin ella”.

Entonces, sin emitir maullido desde que comenzó su declaración y siempre con la mirada en el suelo, opinó que cree que lo culpan porque vive “de forma rara, precaria, no común”. En tanto, admitió que le gusta coleccionar armas y que en su casa tenía “37 gatos”, a quienes aludió como “mis hijos”. En ese sentido, expresó que le “preocupan mucho mis hijos. Dónde están, si los van adoptar, si los van a castrar”

Antes que Pereg, quien prestó su testimonio ante el jurado popular fue el psiquiatra forense Mariano Castex, quien fue contratado por la defensa del acusado como perito de parte. Mediante la plataforma virtual Zoom, reveló que el israelí “estuvo loco, estaba loco y sigue loco” y que “no tiene que estar en un juicio”.

Sin maullar una vez, Pereg declaró en el juicio y dijo que su madre “está viva” y “los cuerpos fueron plantados”

El psiquiatra forense Mariano Castex, perito de parte de Pereg, también declaró hoy

Relató que “él está hablando y viviendo una realidad distinta. Una realidad que vive él, no la de nosotros. Es decir, él lo que hace, lo hace desde esa realidad”. Las palabras de Castex están volcadas, también, en el informe psiquiátrico que realizó tras entrevistarlo y que consta de 65 páginas. “Ser y actuar como gato no se simula. Puede maullar o no, si quiere, pero es en su mundo que vive”. Por último remarcó que Pereg “está loco, es un demente y un alienado”, por lo que “está en riesgo para sí”, “no puede comprender realidades” y vive en “otra dimensión”.

Laura Hanna, perito psiquiatra del Cuerpo Médico Forense quien entrevistó al hombre cuando fue detenido en el penal San Felipe, de Mendoza, también declaró y describió al imputado como una persona que tiene “un trastorno de personalidad” y a quien la primera vez que vio lo observó “delirante” y con una “mirada intimidante”. Indicó que “él contestaba las preguntas, no todas, seleccionaba cuáles responder y remarcó que “tenía la idea fija en los gatos”, a quienes definió como sus “hijos”.

Sin embargo, dijo que “en esa entrevista no actuó como gato, no maulló” y aseguró que “mencionó a sus hermanos y destacó a su madre como la única que lo ayudó”. Concluyó explicando que “como pudo tener un brote psicótico antes, lo puede tener ahora o en otro momento. Si yo fuese Pereg preferiría estar en el hospital El Sauce que en la cárcel”.

Tras la declaración del israelí, el juicio pasó a un cuarto intermedio hasta mañana a las 8.30, cuando se realizarán los alegatos de clausura y luego el jurado pasará a deliberar para dar a conocer su veredicto.