Los ataques habrían ocurrido en la escuela albergue Antonio Provolo de Mendoza.
El caso de abuso sexual a menores en la escuela albergue Antonio Provolo de Mendoza es realmente aberrante. Hasta ahora se han llevado a cabo tres juicios relacionados con este caso. En el tercer juicio, la Fiscalía de Delitos Sexuales ha pedido una condena de 25 años de prisión para la monja Kumiko Kosaka, acusada de abuso sexual gravemente ultrajante y corrupción de menores.
La fiscalía también solicitó que la religiosa sea inhabilitada durante 10 años para ejercer cargos educativos y de albergue donde haya menores de edad. En la próxima semana, se llevarán a cabo los alegatos de la querella y la defensa de la monja y las otras acusadas.
En total, son nueve las personas imputadas por acción u omisión en relación con los abusos que ocurrieron en la escuela albergue. Además de la monja Kumiko Kosaka, también están acusadas la madre superiora Asunción Martínez, la representante legal del colegio Graciela Pascual, las ex directoras Edith Pinacca, Valeska Quintana, Cristina Leguiza y Laura Gaetán, la psicóloga Cecilia Raffo y la cocinera Noemí Paz.
En este caso, se han identificado 36 víctimas, niños hipoacúsicos, que tenían entre 5 y 17 años en el momento de los abusos, maltratos y corrupción de menores. La imputación más grave recae sobre Kumiko Kosaka, quien está acusada de participar en siete casos de abuso y ser autora penalmente responsable de un abuso simple.
Es importante destacar que ninguna de las acusadas se encuentra detenida actualmente. Durante todo el proceso, han cumplido con las normas de conducta impuestas por el tribunal y no han entorpecido el desarrollo de las audiencias.
El veredicto de este tercer juicio, a cargo del tribunal integrado por Urciuolo, Belén Salido y Belén Renna, se espera que se conozca en aproximadamente un mes, antes de la feria judicial de invierno.
Kumiko Kosaka fue detenida en mayo de 2017, cuando fue imputada por su participación en los ataques y vejaciones sufridos por los niños y adolescentes a los que debía cuidar. Sin embargo, posteriormente obtuvo el beneficio de prisión domiciliaria.
En los juicios anteriores relacionados con este caso, se condenó a los curas Horacio Corbacho y Nicola Corradi a 45 años y 42 años de prisión respectivamente, mientras que el jardinero Armando Gómez fue condenado a 18 años. José Bordón, un monaguillo, se declaró culpable de los abusos sexuales en un juicio abreviado y fue condenado a 11 años de prisión.
El cura Corradi falleció en julio de 2021, a los 85 años, después de cumplir dos años de su condena en prisión domiciliaria debido a su avanzada edad y graves problemas de visión.