Se trata de un testigo que vio el hecho desde un auto, su declaración complica a Jorge Adolfo Ríos que mató a un ladrón que entro a robar a su casa en Quilmes.

La investigación para revelar qué fue lo que ocurrió en el caso del jubilado Jorge Adolfo Ríos, acusado de matar a un ladrón que entró a robar a su casa en la localidad de Quilmes, sigue avanzando. El testigo, vecino de la zona de quien no se revela su identidad por cuestiones de seguridad, observó la escena a pocos metros de distancia a bordo de un Fiat Uno, que también quedó grabado por las cámaras de seguridad. Declaró que vio a Ríos dispararle en tres oportunidades a Moreyra.

“Cuando llegué a la calle Ayolas a veinte o treinta metros vi una persona al costado de la calle parado, pero medio encorvado tomándose de la panza o el pecho (Moreyra), no sé bien, porque se encontraba doblado, entonces crucé la calle para acercarme y ver si necesitaba ayuda. Cuando abrí la ventanilla del lado del acompañante vi por el espejo retrovisor que se acercaba un hombre mayor con un arma en la mano, venía rápido. No supe qué hacer. Entonces, en ese momento, vi que este hombre lo da vuelta al chico y le efectúa un disparo”, declaró en sede judicial.

Y siguió: “Había poca luz, el chico cayó en el asfalto al lado del cordón. El hombre este le apuntó de nuevo y le volvió a disparar. En ese momento, me asusté y arranqué, di vuelta la esquina y frené. No sabía qué hacer, no sabía quién era, si ayudar o no. Entonces volví a la escena otra vez y observé cómo mientras el chico levantaba la mano pidiendo ayuda este hombre le volvió a disparar y le empezó a pegar patadas en el piso. Ahí me llamó por teléfono mi esposa preocupada, porque había escuchado los disparos, le dije que llame urgente al 911 y aceleré, me fui”.

Luego, según la declaración del testigo, se fue a trabajar en estado de shock y le contó a su jefe la secuencia que había presenciado y que iba a intentar olvidarlo, pero que declaró: “Hasta hoy no puedo dormir”.

Hoy a la mañana, el fiscal Ariel Rivas, a cargo de la investigación, recibió los resultados de la autopsia practicada ayer al cuerpo de Moreyra. El estudio, practicado en la Morgue Policial de Quilmes cuatro días después del ingreso del cuerpo, determinó que la causa de muerte fue un “paro cardíaco” y un “shock hipovolémico” con una hemorragia abdominal.

Había dos proyectiles dentro del cuerpo. Uno ingresó “a la altura del tórax en la línea media axilar” en la sexta costilla izquierda: la bala cruzó una vértebra para llegar hasta el hombro derecho. La otra fue encontrada en la fosa ilíaca derecha, cerca del abdomen. Pasó por el retroperitoneo y “rompió la aorta y la cava”, lo que llevó al shock que le causó la muerte.

Se tomaron muestras de sangre y orina para buscar la presencia de alcohol o drogas. Hay, por otra parte, otra lesión detectada, un “tatuaje de piel”, según fuentes tribunalicias, una lesión provocada por el fuego del disparo, lo que revela el tiro a quemarropa, y se suma al cuadro revelado por el video de las cámaras de seguridad que muestra el momento en que Ríos patea y luego remata a Moreyra.

Ayer por la mañana, una fuente judicial de peso en Quilmes aseguraba: “Fuera de la casa se encontraron tres vainas y el disparo a quemarropa. A Moreyra, Ríos lo corrió, lo alcanzó y lo remató. Lo alcanzó, precisamente, porque estaba herido en el piso”.

Así, el cuadro se complica para Ríos. El jubilado permanece en su casa detenido sin una tobillera electrónica bajo “un acuerdo de palabra”, según fuentes del caso, entre fuertes protestas de la familia del ladrón muerto, vecinos que lo defienden y su propia familia que dice evaluar dejar el lugar tras supuestas amenazas de muerte. Hasta el momento hay dos detenidos por el robo y la bestial golpiza a Ríos.

Por otra parte, se extrajo una muestra de piel del cuerpo de Moreyra para determinar efectivamente si realizó disparos esa noche.