Gran Hermano en su instancia final
Anoche en Gran Hermano, Romina Urigh se reencontró con sus tres hijas después de cinco meses. Mía, Feli y Nina ingresaron al SUM con su niñera, y pasaron una hora con su madre, que se encuentra entre los cuatro finalistas del ciclo junto a Julieta, Marcos y Nacho. Tanto Analía Franchín como Ceferino Reato cuestionaron insólitamente la forma en que la participante reaccionó al ver a sus niñas. La primera dijo que esperaba una ambulancia en la puerta, y el segundo se preguntó para qué entró teniendo una hija de cinco meses.
Además en el caso de Romina juega la parte política a la hora de la grieta: ella fue diputada nacional entre 2019 y 2021 por el Frente de todos. Era miembro del Partido Justicialista, y fue elegida en la provincia de Buenos Aires como parte de la coalición Unidad Ciudadana junto a su exmarido el exintendente de Moreno, Walter Festa.
Su mandato como diputada venció el 10 de diciembre de 2021, y ella no se presentó a la reelección. Se dijo mucho sobre si estaba o no en pareja todavía con el. Su mamá aclaró que no, y la propia Uhrig se presentó al casting de GH diciendo que estaba separada. Dos de sus tres hijas, son de Festa, ya que la mayor es fruto de su anterior relación.
A lo largo de estos cinco meses se la cuestionó porque habría seguido recibiendo un salario del Estado durante su participación en Gran Hermano, y por tener un crecimiento patrimonial exponencial como política. Fernanda Iglesias reveló en LAM: “Ella arranca con un patrimonio de 800 mil pesos y sale de la gestión pública con un patrimonio de casi 4 millones. Aumento 400 por ciento su capital”.
Romina entró a GH diciendo que su sueño es que sus hijas tengan una casa para vivir. A medida que avanzó el reality se supo que la casa de country que mostraron era alquilada por su ex, y que tendría una casa en Pinamar también administrada por Festa. Él por su parte dijo en Argenzuela consultado por Jorge Rial, que vendió dicha propiedad, y que la madre de sus hijas no tiene casa propia.