La tragedia ocurrió hace más de siete años. El único acusado es Pablo Torres Lacal, un reconocido decorador de interiores, que será juzgado desde las 9 de la mañana en los tribunales de San Isidro.
Pablo Torres Lacal, el hombre que provocó el accidente en el Delta del Tigre que le costó la vida al hijo del ex ministro Federico Storani, su ex mujer y madre del chico, y un tercer pasajero, llegará finalmente a juicio. Pese a que pasaron más de siete años de la tragedia, el único acusado nunca estuvo detenido pero a partir de hoy su vida podría cambiar: comenzará a ser juzgado en los tribunales de San Isidro por “triple homicidio con dolo eventual”, que prevé una condena de 8 a 25 años de prisión.
El jueves 31 de marzo de 2016 cerca de la medianoche una embarcación conducida por el reconocido decorador de interiores se desplazaba casi volando por las aguas del río Luján, en el Delta del Tigre. La visibilidad era nula y la velocidad de la Fishing 551, bautizada Shark II, la máxima posible, pero eso poco le importó al piloto que conducía haciendo zig zag.
Manuel, el hijo del ex ministro del interior, tenía 14 años. Viajaba con su mamá y otras cuatro personas en la lancha Mad II, una Bermuda Caribbean azul, cuando fueron embestidos por Torres Lacal. El bote se partió al medio y el hijo de Fredi Storani falleció en el acto, aunque su cuerpo recién fue hallado tres días después en la orilla del río Luján, en el partido de San Isidro. También perdió la vida su madre y expareja del dirigente radical, María de los Ángeles Bruzzone (45), y Francisco Gotti, uno de los pasajeros.
Hoy lunes 2 de octubre, a partir de las 9 de la mañana, Torres Lacal se sentará en el banquillo de los acusados por primera vez y se enfrentará cara a cara con todos los familiares de sus víctimas.
Las audiencias del debate, que estará a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) Nº 1 de San Isidro, se llevarán a cabo en la sala más grande, donde se realizaron otros juicios mediáticos como el Robo del Siglo y el caso García Belsunce.
En principio, está previsto que el proceso dure dos semanas como mínimo. Entre otros testigos, declararán el sobreviviente de la lancha en la que viajaba Manuel Storani y el empleado de una estación de servicio que le advirtió al conductor de la peligrosidad de conducir a esa hora.
Pese a la gravedad del delito que se le imputa, el único acusado por el caso llega a juicio en libertad. En todo el proceso nunca estuvo detenido. “No pasó ni una hora preso”, asegura al diario Perfil Federico Storani, a horas del inicio del juicio.
El ex ministro, que probablemente declare esta semana, reconoce que la actitud del acusado en todos estos años lo “llena de bronca”. “Por un lado intenta mostrar una cara de supuesto arrepentimiento, bonita, etc. Pero por otro lado, todo su accionar fue para obstruir el camino de la justicia. Es decir, pagó abogados caros solo con el objetivo de dilatar, porque era un recurso tras recurso, tras recurso, que fue lo que llevó tanto tiempo”, dice Storani.
“Nunca nos contactó”, reconoce. “Cero. Por medio del abogado, lo que se tanteó en algún momento fue otro tema: mejorar su situación. Es decir, hacer un ofrecimiento económico para, en todo caso, modificar la calificación. Pero jamás acepté ningún tipo de posibilidad en esta materia, ni aún en la causa civil, si la contraprestación era la posibilidad de cambiar la carátula, claramente”, cuenta.
Storani cuenta que a horas del accidente “el playero que le cargó combustible” le advirtió que tenga cuidado por cómo estaba manejando. “Lo vio que llegó a mucha velocidad y casi se lleva puesto el muelle. Incluso se pasó y tuvo que hacer marcha atrás. Todo eso está dicho por el playero. Le dice tenga cuidado, que hay gente que anda por acá, en el río, se lo dijeron. Y bueno, al tipo le entró por un oído y salió por el otro, y salió a fondo”, recuerda el ex ministro
Para Storani, el proceso judicial fue tan largo “por la actitud obstruccionista” del acusado. “A lo mejor la instrucción se tomó bastante tiempo, pero finalmente el fiscal actuó bien, tomó todos los recaudos, hizo la reconstrucción. No puedo hacer una calificación negativa en ese aspecto. También se demoró por las presentaciones casi sin sentido de recurso tras recurso. Recurso de queja, por ejemplo, ante la Corte de la Provincia. Después presentó recurso de queja ante la Corte de la Nación. Y ante el peligro de la posibilidad de que se pudiera plantear la nulidad y demás, debíamos dejar que eso ocurriera hasta que se fueran rechazando, y eso fue dilatando el proceso”, explica el ex diputado nacional.
Hoy, siete años después de una tragedia que lo marcó para siempre, Storani espera que se haga Justicia y que el acusado termine condenado por un accionar temerario e irresponsable que destrozó a varias familias.