El hombre, que sigue prófugo, escribió que planeaba asesinar a las jóvenes, pero al no encontrarlas degolló a su madre, Melina
El femicidio de Melina Romero, la joven de 30 años asesinada por su expareja en Chaco el pasado domingo, continúa conmocionando a los argentinos y en las últimas horas se supo que el criminal planeaba matar a las hijas de quien terminó siendo la víctima, informaron fuentes policiales.
El salvaje publicó un mensaje en su celular en el que reveló que tenía pensado matar a las hijas de su exmujer, aunque se cree que no lo hizo porque ellas no estaban en el lugar del ataque. Gabriel Ernesto Aceval (45), apodado “Chachi”, escribió textualmente las siguientes palabras: “La estaba por matar (a) la(s) 2 ijas, pero no vino y cayó eya. Yo la quería mucho” (sic). El texto estaba sobre una foto de Melina en ropa interior que subió a su estado de WhatsApp.
El femicidio tuvo lugar a las 21.30 del domingo en la localidad chaqueña de La Clotilde, cuando el hombre le asestó a Melina una puñalada en el cuello minutos antes de que ella comenzara un partido de fútbol que iba a jugar en el complejo llamado “La canchita de Escobar”, situado en el barrio San Roque, del mencionado departamento ubicado a 260 kilómetros de la capital de Chaco.
De acuerdo a los voceros, “Chachi” llegó al lugar, discutió con la mujer, que era madre de dos hijas, y la degolló, quitándole la vida prácticamente en el acto y sin que los médicos de la ambulancia que llegó pudieron hacer algo por ella. La operación de autopsia indicó que Romero sufrió “una herida cortante que comprendió la cara anterior del cuello, única, que afectó los planos musculares y viscerales de la región, como así también el paquete vascular”.
Tras la agresión, Aceval huyó rápidamente a la zona del monte desde donde realizó varias llamadas a familiares y a los agentes de la fuerza. Un pesquisa detalló que “al principio le mandaba mensajes absurdos a la policía. Es un psicópata, no se mostraba resentido”, y agregó que en una de las comunicaciones dijo que debió “haber matado” a un juez de paz. “La última comunicación que realizó fue con una hermana a la que le dijo que se estaba quedando sin batería”, completó.
Lo cierto es que a partir de entonces no se supo más nada de él, pese al rastrillaje que efectivizaron más de 70 policías de distintas jurisdicciones y del que también formaron parte perros y efectivos de la División Canes de la policía provincial. “Aceval trabajó toda su vida en el campo, conoce el monte muy bien y creemos que puede subsistir varios días allí”, aseguró un investigador.
Para dar con su paradero, la Policía de Chaco publicó las características del hombre, que mide 1,67 metros, tiene los ojos marrón oscuro, pesa aproximadamente 65 kilos, tiene pelo castaño y, como seña característica, posee una cicatriz en la espalda de 10 centímetros.
Los implicados en esta historia estaban separados desde hacía casi un año y, según los pesquisas, no había denuncias previas por violencia de género.
La investigación está a cargo de la Fiscalía 1 de La Clotilde, a cargo de Cristian Ignacio Arana, quien caratuló al expediente como “homicidio agravado por el vínculo en contexto de violencia de género (femicidio)”.
