Deberá cumplir tres años de prisión en suspenso por no prestarle ayuda a una adolescente de 14 años, a quien degollaron y quemaron 

Por no haber asistido a una víctima de violencia de género que terminó en un bestial femicidio, una operadora del servicio de emergencia 911 fue condenada hoy a tres años de prisión en suspenso, informaron fuentes judiciales. 

Florencia Romano, una adolescente de 14 años, fue atacada hasta su muerte en 2020 por un hombre que posteriormente fue juzgado y condenado por el crimen. 

El problema es que su femicidio pudo haberse evitado, ya que un vecino de la víctima se comunicó con el 911 cuando escuchó “un caso de violencia de género” en el pasaje Tucapel de la localidad de Gutiérrez, en la ciudad mendocina de Maipú. El llamado fue atendido por Soledad Herrera, quien entonces resolvió interrumpir la comunicación al considerar que el episodio no tenía el valor suficiente como para darle aviso a los agentes policiales y mandar un patrullero al lugar de los hechos. 

Operadora de 911 no atendió un caso de violencia de género que terminó en femicidio y la condenaron a prisión
El femicida, Pablo Arancibia

Lo cierto es que Florencia se había contactado con un sujeto a quien nunca había visto, a quien conoció a través de las redes sociales. Tras unos días intercambiando mensajes, lo fue a ver en diciembre del citado año. 

Una vez reunida, nada fue como la menor quiso y terminó siendo brutalmente asesinada. Durante la pelea previa al homicidio, sus gritos de auxilio fueron escuchados por una de las personas que residen a metros de la escena del crimen, pero pese a que el testigo hizo lo que debía hacer, del otro lado no obtuvo respuesta alguna. “La operadora no valorizó el contacto”, aseveraron los voceros consultados. 

Desde entonces nada más se supo de Florencia y se mantuvo desaparecida hasta que finalmente la hallaron sin vida y con el cuerpo repleto de golpes y también con lesiones cortantes, en una acequia ubicada a tres kilómetros de la casa del imputado. “Además, estaba tapada con mantas y fue parcialmente quemada”, de acuerdo a los resultados preliminares de la autopsia, detallaron portavoces de la investigación.

Operadora de 911 no atendió un caso de violencia de género que terminó en femicidio y la condenaron a prisión
El modus operandi del condenado por el femicidio: rastreaba a jóvenes por redes sociales

A raíz de eso se inició una pesquisa que culminó con la detención del principal sospechoso, identificado como Pablo Ramón Arancibia, de 33 años, a quien en julio de este año condenaron a la pena de prisión perpetua en un juicio abreviado en el que admitió haber asesinado a la adolescente. Cuando llegaron hasta él, tenía todavía rasguños en el cuerpo compatibles con un intento de defensa de la víctima, de los que no pudo justificarse.

El salvaje admitió su responsabilidad en el femicidio de la joven, a quien había contactado vía redes sociales para invitarla a su casa. Una vez allí, la atacó a golpes primero y con un arma blanca después, hasta matarla. “Terminó por degollarla para después quemarla, con el fin de borrar rastros”, indicó una fuente, que aseguró que el móvil del ataque fue sexual. “Intentó violarla”. En tanto, la pareja del femicida, llamada Micaela, estuvo unos días presa pero recuperó la libertad y fue sobreseída en la investigación al no tener nada que ver con el hecho. 

“En toda la prueba que implica a Arancibia, en ningún momento se observa la compañía de ella”, resumieron por entonces en un comunicado oficial emitido por el Ministerio Público Fiscal.

Por su parte, Soledad Herrera también aceptó un juicio abreviado al admitir su culpa, y el juez David Mangiafico terminó por condenarla en las últimas horas, aunque por el monto de la pena no irá a prisión.