Fue luego del crimen de una estudiante de 17 años. Ya venía siendo cuestionado por sus antecedentes y por la cantidad de asesinatos en la provincia
Tras un brutal femicidio, el conflictivo ministro de Seguridad de Salta, y a su vez coronel retirado, dio un paso al costado tras apenas dos años de gestión. La versión oficial indicó que se trató de un ciclo cumplido, aunque la realidad indica otra cosa: la imagen de Juan Manuel Pulleiro, que nunca fue aceptada en sociedad, fue cayendo gradualmente.
La gota que rebasó el vaso se derramó el pasado viernes, cuando una menor de 17 años fue degollada por su exnovio, de 18, en la localidad de Coronel Moldes. Pese a que él había sido denunciado por violencia de género y tenía una restricción perimetral, abordó a la adolescente y la mató, para recién después sí ser detenido.
Tras el femicidio, y envuelto en polémicas desde su asunción, el funcionario dejó su cargo a poco de finalizar un año que, según él mismo aceptó días atrás, “se vio un mayor aumento de la conflictividad y menor tolerancia entre las personas. Tratamos de dar un mejor servicio de seguridad, pero vemos que se ha incrementado muchísimo la violencia en cualquier conflicto. Registramos 45 homicidios dolosos en 2021”.
Claro que, más allá del alto índice criminal en lo que va del año, la designación de Pulleiro al frente del ministerio de Seguridad nunca fue aceptada por un gran número de salteños. Los primeros que pusieron el grito en el cielo fueron los organismos de Derechos Humanos y los colectivos de mujeres, que no pasaron por alto que el funcionario reivindicaba el Operativo Independencia y que es admirador del excarapintada Gómez Centurión, además de ser un opositor a los juicios por crímenes de lesa humanidad.
Mientras el gobernador local, Gustavo Sáenz, lo presentaba como “un hombre de la democracia”, desde los Derechos Humanos lo catalogaron como un “negacionista” y cuestionaron que no fuera un civil el encargado de conducir a los más de 11.000 policías salteños.
A su historial le sumó que, durante su gestión, aplicó severos controles y restricciones durante la pandemia y la inseguridad en la provincia del norte fue en ascenso. Hasta poco antes de asumir como ministro, en diciembre de 2019, se desempeñó como coronel del Ejército y reivindicó en público el Combate de Manchalá, un enfrentamiento que tuvo lugar en esa localidad tucumana en 1975 y donde el Ejército reprimió a un grupo guerrillero del Ejército Revolucionario del Pueblo, en el contexto del Operativo Independencia.
Ahora, el femicidio de Agustina Cruz en Coronel Moldes, a quien atacaron cuando se dirigía al colegio, trajo consigo un plus de controversia, ya que en 2019 el gobernador local, Gustavo Sáenz, había traspasado una parte de las políticas contra la violencia de género al Ministerio de Seguridad, pese a la alta cantidad de femicidios en la provincia. Con una tasa de ese tipo de crímenes de 1,53 víctimas por cada 100 mil mujeres en 2020, Salta es la cuarta provincia en el ranking de asesinatos vinculados al género, de acuerdo a los registros de la Oficina de la Mujer, dependiente de la Corte Suprema de la Nación.
Hoy Pulleiro se reunió con Sáez y poco después se informó a través de un comunicado de prensa que “el gobernador aceptó la renuncia, agradeciendo el trabajo incansable realizado durante la pandemia junto a los efectivos de la fuerza policial”.
La abogada Tania Kiriaco, querellante en causas de lesa humanidad y exDirectora del Observatorio de Violencia contra las Mujeres, indicó que “la renuncia pone de manifiesto que se necesitan ministros formados con perspectiva de género y derechos humanos, y no con una formación castrense. Queda con un saldo alarmante de femicidios, muertes de mujeres que se podrían haber evitado con la prevención y protección adecuada”.