Santiago, el joven de 18 años, también habría sido torturado. “Lo mataron con una crueldad única de animales”, dijo su padre
El joven de 18 años que fue secuestrado y asesinado en Córdoba murió producto de múltiples heridas punzantes en el cuello y la cabeza, de acuerdo a los resultados de la autopsia, dados a conocer este martes.
En la puerta de la Cooperativa Eléctrica y de Servicios Públicos (Ceosp) de Villa Las Rosas, localidad del departamento de San Javier donde velaban los restos de Santiago ante la presencia de decenas de amigos y familiares, su padre, Carlos Aguilera, dijo que a su hijo lo mataron “con una crueldad única de animales, no sé por qué tanta saña, tanto odio. Es increíble. Lo molieron a golpes”.
El cuerpo del joven fue descubierto el domingo en Traslasierra, tras haber sido secuestrado el pasado martes con fines extorsivos. Para su progenitor, lo ultimaron “el sábado al mediodía”, por lo que estuvo privado de la libertad cuatro días. También aseveró que “sufrió mucho” antes de fallecer.
En tanto, la inhumación del cuerpo de Santiago se llevará a cabo mañana pasadas las 11 en el cementerio local.
Fuentes judiciales informaron que el resultado preliminar de la autopsia que recibió en las últimas horas el fiscal federal a cargo del expediente, Enrique Senestrari, determinó que la causa de la muerte fueron múltiples heridas punzantes en el cuello y cabeza; y que los peritos van a analizar, a través de estudios complementarios, si el joven fue también torturada. Por lo pronto, presentó también quemaduras de cigarrillos.
Por otro lado, Carlos se refirió al único detenido que hay por el hecho, identificado como Walter Gil (23), y dijo que “tiene que tener cómplices” ya que se encontraba preso desde el jueves a la noche y el homicidio se concretó el sábado.
“Yo creo que trabajó con alguien. Si el sábado estaba preso, debe tener cómplices. Ha mentido reiteradamente en sus declaraciones. Ha mentido cuando relató sus movimientos de la noche del hecho. Yo creo que es culpable”, apuntó.
A su vez, señaló que la última llamada que recibió Santiago fue hecha por Gil y afirmó que el detenido era empleado suyo y también trabajaba junto a Santiago.
“Mi hijo trabajaba conmigo en la oficina. Este chico tenía contacto laboral con Santiago únicamente. No eran amigos, desde ya te digo. Gil me parecía que era buena persona, pero nunca se sabe. Uno se sorprende con todo esto”, reconoció el hombre.
Y recordó una ocasión de hace unas semanas en la que su hijo lo llamó “preocupado” por una situación vivida con el sospechoso.
“Me llamó cuando yo estaba de viaje. Ahí me dice que Gil le había preguntado dónde estaba yo, cuándo venía. Con mucha presión. Eso me hace pensar mucho”, relató, y expresó que la policía hizo un “muy buen trabajo”.
“El trabajo que han desarrollado es muchísimo. A las pocas horas, llegaron todas las brigadas de la policía desde la capital provincial. Creo que fue un trabajo excepcional”, admitió, aunque aclaró que “de todas formas, excepcional hubiese sido” si encontraban a su hijo “vivo”.
En principio, la mamá del joven había recibido cerca de las 7 de la mañana del 17 de agosto un mensaje extorsivo en su celular desde el número de Santiago.
Según Carlos, el texto recibido decía: “Lamentablemente tenemos a Santiago secuestrado. Te tenemos observado, te estamos siguiendo. Estuviste haciendo un trámite en una aseguradora. No avises a la policía”. También se le exigía siete millones de pesos a cambio de la liberación del hijo.
Luego, se le indicó que a las 9 de la mañana habría un nuevo contacto, pero ello no ocurrió y los captores nunca más volvieron a comunicarse.
Al respecto, el hombre señaló que “al no recibir ningún otro llamado, toda la familia temía por el trágico final”.
“Eso me causó mucho miedo. Ese teléfono nunca más estuvo en línea. Al principio era un secuestro extorsivo. El tema es que no se comunicaron más conmigo”, señaló Carlos.
Finalmente, el padre del joven pidió “justicia” y recordó a su hijo como una “persona sana, optimista, alegre, carismática”.
“Después del problema de salud que enfrentó durante muchos años, su vida estaba mejorando. Estaba conociendo cosas nuevas para hacer, me estaba ayudando a trabajar, estaba estudiando y tenía proyectos”, exclamó con tristeza y concluyó: “Tenía muchas ganas de vivir. Era un gladiador de la vida. Yo lo vi pelear y que me lo lleven de esta forma. No se los perdono. Quiero que estén todos presos.”
Santiago residía junto a su familia en Las Tapias y fue visto con vida por última vez el martes pasado cuando salió de su casa para encontrarse con un amigo para tomar una gaseosa.
Su cuerpo fue encontrado a unos 200 metros del Arroyo Seco, en camino Boca del Río, en el Departamento San Javier.
