Para el juez que entiende en la causa los acusados procedieron de forma “arbitraria, irracional e ilegal” y luego “urdieron una trama para tergiversar los hechos”.

Tres policías de la fuerza de la Ciudad de Buenos Aires fueron procesados con prisión preventiva por el homicidio calificado de Lucas González, el adolescente de 17 años asesinado a balazos el 17 de noviembre último en el barrio porteño de Barracas, por considerar que procedieron de forma “arbitraria, irracional e ilegal” y que luego “urdieron una trama para tergiversar los hechos”.

La resolución del juez de Instrucción Martín Del Viso recayó sobre los efectivos Juan José Nieva, Fabián López y Gabriel Issasi, a quienes también les trabó un embargo de 1.800.000 pesos sobre sus bienes a cada uno.

“Es histórico. Hace dos semanas era un enfrentamiento, los pibes estaban presos y los policías libres. No salen más”, dijo Gregorio Dalbón.

Lucas González tenía 17 años
Lucas González, asesinado por una cuadrilla policial de la fuerza de la Ciudad.

Según el fallo de 91 páginas, el magistrado los procesó por el homicidio doblemente agravado de Lucas “por haber mediado alevosía y por haber sido cometido por miembros de las fuerzas policiales abusando de sus funciones”, en concurso ideal con la “tentativa de homicidio agravado por idénticos incisos” de los tres amigos que iban con el adolescente al momento del ataque.

También los consideró “coautores materiales” del delito de “falsedad ideológica” y de la “privación ilegal de la libertad” de los tres chicos que fueron detenidos tras los disparos.

Persecución arbitraria, irracional e ilegal

Para el juez, la persecución que terminó con el ataque a balazos fue “arbitraria, irracional e ilegal”.

“El personal policial sin motivos suficientes como ya dijéramos y afirmáramos y sin realizar ningún tipo de acto previo (…) tomó la decisión de sobrepasar el vehículo de las víctimas y cruzarlo impidiéndoles el paso. Posteriormente a ello, reitero, sin ningún tipo de dato objetivo que les permitiera inferir que su vida peligraba, optaron por descender del vehículo con el arma en mano en inmediata condición de uso, a plena luz del día en una zona poblada de la Ciudad de Buenos Aires y en el medio de una avenida”, añadió.

“Pero como si esto fuera poco, no solo sin contar con absolutamente ningún dato objetivo, sino sin que su vida corriera riesgo, (…), atentaron contra la vida de quienes circulaban a bordo de ese rodado y culminaron triste y lamentablemente con la vida de un adolescente de tan solo 17 años de edad”, afirmó el juez.

Lucas Gonzalez
Los padres de Lucas González.

El magistrado hizo “especial hincapié en que se han despejado todo tipo de dudas” respecto a que las víctimas “no contaban con ningún elemento relacionado con un arma de fuego, ni con un elemento contundente que le hubiera permitido al personal policial suponer que podían atentar contra su integridad física”.

“El camino emprendido por los encartados lamentablemente no terminó con la injustificable balacera propinada luego de la arbitraria, irracional e ilegal persecución”, sino que con posterioridad a dicha balacera “urdieron una trama tendiente a tergiversar los hechos, en principio con éxito habida cuenta que los adolescentes fueron privados de su libertad a resultas de las falsedades volcadas en el legajo”, siguió.

“Incluso, se habría plantado la réplica de un arma para intentar dar cobijo legal a su ataque”, señaló Del Viso.

A su vez, el magistrado basó su decisión de que los tres policías continúen detenidos por entender que existen riesgos procesales de fuga y de entorpecimiento de la investigación.

De esta manera, el juez hizo lugar al requerimiento del fiscal Leonel Gómez Barbella, aunque le rechazó dos agravantes: el placer y la premeditación de dos o más personas.