Sigue la novela de Britney Spears
La mala relación entre Britney Spears y su padre sigue de mal en peor. En este caso, se supo que Jaime Spears contrató una empresa para monitorear a la cantante durante las 24 horas. Tras 13 años de tutela, se conoció que supuestamente la idea del hombre era proteger a su hija, pero escuchaba todas sus conversaciones y no dejaba que nada quede a sus espaldas, según publicaron en The New York Times.
Mañana martes Netflix estrena un documental sobre la vida de Britney, centrado en el intenso aparato de vigilancia que controlaba cada movimiento que hacía la princesita del pop. Además mostrará la transformación de artista infantil a una diva internacional, pasando por el calvario que tuvo que vivir presa de su fama.
Todo este fenómeno se dio a partir del #FreeBritney, una convocatoria masiva para pedir la liberación de la artista con su padre. “Le he dicho al mundo que estoy bien y feliz (…) Estoy traumatizada. No estoy feliz, no puedo dormir. Han sido 13 años y ya es suficiente. Solo quiero que me devuelvan mi vida. He estado en negación, he estado en shock. Estoy traumatizada. Han pasado muchas cosas desde la última vez que vine a la corte hace dos años“, sostuvo Spears.
La princesita del pop de 39 años, se dirigió a la juez de la Suprema Corte, Brenda Penny y solicitó suspender a su padre Jamie, como tutor de su patrimonio estimado, el año pasado, en US$ 60 millones. “Es mi dueño, y mi deseo es que todo es termine“, remató. Respecto a su gente, Spears sostuvo: “Mi familia no hizo una maldita cosa. Todo lo que tenía que hacer, (mi papá) era el que lo aprobaba todo. Toda mi familia no hacía nada”.