Fue señalado por varios de los agentes que ya están detenidos. Dijeron que fue uno de los primeros en llegar a la escena
El caso de Lucas González sigue activo y ahora un oficial de la Policía de la Ciudad, señalado por varios de los efectivos imputados como uno de los primeros en llegar a la escena tras el ataque cometido contra el futbolista en el barrio porteño de Barracas y como quien insultó a los amigos de la víctima y tiró al piso y esposó a uno de ellos, se puso a disposición judicial y los investigadores del caso evalúan acusarlo de encubrimiento, privación ilegal de la libertad, amenazas y odio racial, informaron hoy fuentes judiciales.
Sebastián Baidón es numerario de la Comisaría Vecinal 4 D de la Policía de la Ciudad y chofer del principal Héctor Cuevas, uno de los seis efectivos detenidos e imputados por el encubrimiento del hecho, a quienes se les atribuye haber modificado la escena y “plantar” un arma para simular un tiroteo entre los chicos y la Policía, entre otros delitos.
La mayoría de los agentes lo mencionaron en las declaraciones indagatorias como “el chofer tatuado” de Cuevas que llegó al lugar instantes después del ataque policial. Varios, a su vez, dijeron que fue quien insultó a los damnificados. De hecho, contaron que tiró al suelo y esposó a uno de ellos cuando Lucas estaba baleado adentro del auto.
Fue justamente Cuevas quien, al declarar como acusado recordó que el 17 de noviembre estaba con Baidón a bordo del móvil bancario de la comisaría y que cerca de las 9.45 fue al lugar tras escuchar por la frecuencia policial que “una brigada de la comuna mantenía un enfrentamiento armado”. Agregó que “atento a ello, le pido a mi chofer, el oficial Baidón, que concurramos al lugar”.
Ante todo eso, el hombre se presentó ayer ante la Justicia junto a su abogada y se puso a disposición del fiscal que instruye la causa, Leonel Gómez Barbella. Ahora, en base a todas las declaraciones y demás elementos de prueba, los investigadores analizan si pedirán la detención de Biadón para indagarlo por los delitos de falsedad ideológica, privación ilegal de la libertad agravada por abuso funcional, encubrimiento agravado por la condición de funcionario público y por ser el delito precedente especialmente grave, amenazas y odio racial, todos ellos en concurso ideal.
