Insaurralde y Massa se quedan con la conducción

Axel Kicillof pisa fuerte en todas las áreas, como muy pocas veces se vio en la historia reciente de la administración provincial. Es un dato. No dejó librado el control en ninguno de los organismos sensibles de la estructura bonaerense. Pero también debe cumplir con los compromisos políticos preexistentes. Y consecuentes.

Así, adoptó una decisión salomónica para manejar el crucial Instituto de Loterías y Casino de la Provincia de Buenos Aires, la histórica caja sobre la que se han parado distintas gestiones para afrontar gastos varios, desde publicidad hasta organización de eventos político-partidarios. Una persona de confianza del lomense Martín Insaurralde se quedará con la Presidencia, Omar Galdurralde, más conocido como “Galdu”, quien ya estuvo recientemente por el edificio central de calle 46 en La Plata, aunque aún espera la firma de su designación.

Galdu trabajó en IOMA, en una tercera línea durante la gestión Scioli, y luego recaló en el directorio del Banco Provincia; codiciada silla si las hay. Siempre se lo relacionó con Aníbal Fernández, pero primordialmente con el intendente de Lomas de Zamora, quien acaso es uno de los cinco polos de poder más importante en el principal territorio del país. Su hombre de máxima confianza, Federico Otermín, conduce la crucial Cámara de Diputados. Dicho sea de paso, en ese edificio histórico, cada vez se habla con mayor recurrencia de la decisión del Gobernador de “avanzar sobre el control de la caja” a través de sus operadores.

Galdu será secundado, de acuerdo a lo previsto, por María Laura García, quien reporta en las filas de Sergio Massa, el otro actor clave dentro de esta verdad atomización de poder que hay en Buenos Aires. El tigrense también había pedido ese organismo, pero deberá conformarse con la vicepresidencia. Aunque la firma crucial del Instituto la seguirá teniendo Axel a través de Juan Padín, ya designado como Secretario Ejecutivo, quien en la diaria tiene el control total de la actividad, y reporta directamente al jefe de gabinete Carlos Bianco, acaso el segundo hombre más poderoso de la Provincia de Buenos Aires.

Habrá tres firmas para manejar el organismo. La última la tendrá Bianco. Ni el otrora poderoso Alberto Pérez, ex jefe de gabinete de Daniel Scioli, tuvo una injerencia tan directa como ahora la tendrá Bianco. El dato no es menor.

Kicillof ha demostrado, en estos más de tres meses de gestión, un estilo completamente disímil a todos sus antecesores, en cuanto a la estructuración del poder. Construye en sigilo, pero siempre con los suyos. “No le va a dejar ni a Massa, ni a Insaurralde el control directo de la Lotería. Por eso ahora, trabajará más fuertemente en Diputados”, leyó un histórico operador bonaerense. En la foto de Lotería quedan todos conformes, pero en los hechos la última palabra la seguirá teniendo Bianco. Las designaciones saldrían en los próximos días.