El bazo es un órgano que se encuentra a la izquierda, justo debajo de la caja torácica.
Muchas enfermedades, como infecciones, enfermedad hepática y algunos tipos de cáncer, pueden causar un aumento de tamaño del bazo, también conocido como esplenomegalia.
A menudo, esta afección no presenta síntomas. Generalmente, se detecta durante un examen físico de rutina. El médico, usualmente, no puede detectar un bazo de dimensiones normales en los adultos, pero sí puede detectar un bazo dilatado. El médico probablemente solicite pruebas por imágenes y análisis de sangre para identificar la causa.
El tratamiento para un bazo dilatado se enfoca en la enfermedad oculta que está causando este problema. La extracción quirúrgica del bazo dilatado generalmente no es la primera opción de tratamiento, aunque a veces se recomienda.
Síntomas
Causas
Muchas infecciones y enfermedades pueden provocar un agrandamiento del bazo. El agrandamiento del bazo puede ser temporal, según el tratamiento Los factores que contribuyen a esto incluyen los siguientes:
Infecciones virales, como la mononucleosis – Infecciones bacterianas, como la sífilis o una infección del revestimiento interior del corazón (endocarditis) – Infecciones parasitarias, como la malaria – Cirrosis y otras enfermedades que afectan el hígado – Varios tipos de anemia hemolítica, una afección caracterizada por la destrucción temprana de los glóbulos rojos – Varios tipos de cáncer de la sangre, como la leucemia y las neoplasias mieloproliferativas, y los linfomas, como la enfermedad de Hodgkin – Trastornos metabólicos, como la enfermedad de Gaucher y la enfermedad de Niemann-Pick – Presión en las venas del bazo o el hígado, o un coágulo sanguíneo en dichas venas
Factores de riesgo
Cualquier persona puede padecer de un bazo dilatado a cualquier edad, pero ciertos grupos tienen más riesgos de que esto les ocurra, por ejemplo:
Los niños y los adultos jóvenes con infecciones como la mononucleosis – Las personas que tienen la enfermedad de Gaucher, la de Niemann-Pick y muchos otros trastornos metabólicos hereditarios que afectan el hígado y el bazo – Las personas que viven en o viajan a áreas donde la malaria es frecuente
Complicaciones
Las posibles complicaciones de un bazo dilatado son las siguientes:
Infección – Rotura de bazo
Diagnóstico
Tratamiento
El tratamiento para el bazo dilatado se centra en el problema preexistente. Por ejemplo, si tienes una infección bacteriana, el tratamiento incluirá antibióticos.
Conducta expectante
Si tienes un bazo agrandado (esplenomegalia), pero careces de síntomas y no se puede determinar la causa, es posible que el médico te sugiera que mantengas una conducta expectante. Tendrás que ver al médico para que te reevalúe en seis a 12 meses o antes si presentas algún síntoma.
Cirugía para extraer el bazo
Si un bazo dilatado trae complicaciones graves o la causa no puede identificarse o tratarse, la extirpación quirúrgica del bazo (esplenectomía) puede ser una opción. En casos crónicos o complicados, la cirugía puede ofrecer la mejor posibilidad de recuperación.
La extracción del bazo optativa requiere una consideración cuidadosa. Puedes llevar una vida activa sin el bazo, pero tienes más posibilidades de contraer infecciones graves o potencialmente mortales luego de la extracción del bazo. Muchas veces, la radioterapia puede encoger tu bazo y de esta forma puedes evitar la cirugía.
Disminuir el riesgo de presentar una infección después de la cirugía
Después de la extracción del bazo, ciertas medidas pueden disminuir el riesgo de que se presente una infección, incluidas las siguientes:
Una serie de vacunas, tanto antes como después de la esplenectomía. Estas incluyen las vacunas antineumocócica (Pneumovax 23), meningocócica y contra el Haemophilus influenzae tipo b (Hib), que protegen contra la neumonía, la meningitis y las infecciones de la sangre, los huesos y las articulaciones. Además, debes colocarte la vacuna antineumocócica cada cinco años después de la cirugía.
Tomar penicilina u otros antibióticos después de la cirugía y siempre que tú o tu médico sospechen de la posibilidad de una infección.
Llamar al médico ante la aparición del primer signo de fiebre, ya que esto puede ser un indicio de una infección.
Evitar viajar a ciertos lugares del mundo en donde determinadas enfermedades, como la malaria, son frecuentes.
Estilo de vida
Evita los deportes de contacto, como el fútbol, el fútbol americano y el hockey, y restringe otras actividades según las recomendaciones del médico. Modificar las actividades puede reducir el riesgo de rotura de bazo.
También es importante usar el cinturón de seguridad. Si sufres un accidente de tránsito, el cinturón de seguridad puede ayudar a evitar que te lesiones el bazo.
Por último, asegúrate de tener tus vacunas al día porque tu riesgo de infección es mayor. Esto significa al menos una dosis de vacuna antigripal inyectable al año y una dosis de refuerzo de la vacuna contra el tétanos, la difteria y la tos ferina cada 10 años. Pregunta a tu médico si necesitas otras vacunas.
Cuándo consultar al médico
Consulta con tu médico si tienes dolor en el área superior izquierda de tu abdomen, especialmente si es intenso o el dolor empeora cuando respiras profundamente.