Se trata del tercer femicidio en una semana en la provincia de Santa Fe. Consumado el hecho, el hombre se disparó en la boca y se mató
Un nuevo femicidio vuelve a conmocionar al país y en este caso fue protagonizado por un policía, que asesinó esta madrugada de un tiro en la cabeza a su exmujer, delante de uno de sus tres hijos, y luego se suicidó.
Fuentes policiales y judiciales informaron este martes que el sangriento suceso tuvo lugar en la localidad santafesina de Murphy y tuvo como víctima a Marina Espíndola, una empleada doméstica de 42 años, quien se convirtió en la tercera mujer asesinada a manos de un hombre en los últimos siete días en distintos puntos de la provincia de Santa Fe.
De acuerdo a lo señalado, la damnificada se hallaba junto a sus hijos –fruto de una relación anterior, de 23, 18 y 11 años- en su vivienda ubicada en Murphy, unos 150 kilómetros al sudoeste de Rosario. Entonces, cerca de las 2 se hizo presente su ex, identificado como Gabriel Robles y quien prestaba servicios en la comisaría de la cercana localidad de Melincué.
Una vez adentro del inmueble, el salvaje extrajo su arma reglamentaria y le descerrajó un tiro en la nuca frente a uno de los hijos de la mujer. Este salió corriendo y fue a pedir auxilio a los vecinos, que llamaron al 911. Para cuando llegó un patrullero, solo se pudo constatar el deceso de la mujer, mientras que el numerario yacía en el lugar gravemente herido.
Fue trasladado de urgencia hasta el hospital zonal Alejandro Gutiérrez de la localidad de Venado Tuerto, donde se constató que tenía un balazo en la cabeza, con orificio de entrada en la boca. Alrededor de las 4, falleció.
“En la escena del crimen los peritos secuestraron un arma compatible con la reglamentaria que estaba en una de las manos del policía”, contó el fiscal Horario Puyerredón, de la Unidad Regional III de Venado Tuerto y encargado de la causa. Añadió que esa pistola será sometida a los peritajes balísticos de rigor para confirmar si, como se supone, fue la utilizada en el hecho a su vez aclaró que “tras la muerte de Robles, la acción penal queda extinguida porque de hecho ya no hay sujeto para acusar”.
En noviembre pasado la mujer había denunciado que su ex “la molestaba” porque quería continuar con una relación que ella ya había dado por terminada, y en ese sentido los testimonios de familiares de la víctima y vecinos de Murphy -un pueblo de apenas 3.500 habitantes perteneciente al departamento General López- hablaron de los antecedentes por violencia de género que había sufrido Espíndola de parte de Robles.
“Ella hizo varias denuncias y él tenía una restricción para acercarse a su domicilio, porque nunca la dejó tranquila desde que se separaron. La seguía por todos lados, siempre hubo maltrato verbal, aunque nunca me contó que existiera violencia física”, contó una allegada a Espíndola.
En cuanto a Robles, se supo que hace unos años recibió una denuncia por apremios y también de parte de otro policía por una agresión. Más recientemente, a partir de la situación con su expareja, estuvo un tiempo con carpeta psiquiátrica y le habían retirado el arma.
Recientemente, desde Medicina Legal de la Policía le habían autorizado volver a trabajar y contar con el arma reglamentaria con la que terminó consumando el femicidio.
La tarde de este martes, después del sepelio, mujeres de Murphy se reunieron para repudiar el crimen, y tras una reunión en la plaza principal del lugar se dirigieron hasta la comisaría Décima, lindante a la municipalidad local.
