Tomó una actitud evasiva al explicar de dónde sacó el dinero para poder comprar el inmueble ubicado en una zona exclusiva de Recoleta

Tras comprarse un lujoso departamento en el barrio porteño de la Recoleta, María Eugenia Vidal, la exgobernadora de la provincia de Buenos Aires y actual candidata de Juntos por el Cambio por Capital Federal, evitó dar detalles de cómo consiguió el dinero para poder abonar la propiedad, valuada en 500.000 dólares y, acorralada, afirmó que todo está en su “declaración jurada”. 

Vidal pasó de vivir en la Base Militar de Morón durante su periplo como gobernadora y ahora reside en su nueva vivienda, que cuesta medio millón de dólares aunque ella había declarado en su momento que tenía ahorrados tres millones de pesos

Ante Radio con Vos, donde la entrevistaron, evitó dar números concretos y se la notó incómoda cuando la consultaron tanto por el inmueble como por el crédito privado que tiene con el vendedor. 

Ante la pregunta de si en la compra de la propiedad “hay una parte en blanco y otra en negro“, debido al bajo valor declarado, Vidal contestó que “no fue así. Yo lo pagué más caro que la persona que me lo vendió se lo pagó al dueño anterior”. De inmediato la indagaron por la tasa que paga por el crédito privado que mantiene con el vendedor del departamento, a lo que dijo: “Te aseguro que se paga muy alta, pero todo lo que quieran saber está en mi declaración jurada. Es más, acabo de presentar la nueva (declaración) como candidata”. Sin embargo, se mostró reacia a dar precisiones sobre los costos y tampoco explicó de cuánto son las cuotas que abona ni cómo las financia. En un momento dado, e incómoda por las preguntas, se excusó y cerró la charla. 

Hace un tiempo atrás, Vidal había explicado que pagó la mitad del mencionado inmueble con la plata que le ingresó por el divorcio con su anterior marido, el exintendente de Morón, Ramiro Tagliaferro, en tanto que había señalado que el resto lo financió con un crédito hipotecario a diez años “con el propio vendedor”. 

Por último, aseveró que esa construcción es lo “único que tengo en mi vida, porque no tengo cuentas, ni autos ni empresas. Voy a cumplir 49 años y, después de haber trabajado toda mi vida, no me parece raro que esté pagando la mitad de la casa y me quede una hipoteca con el propio vendedor”.

La Isla es el nuevo barrio de Vidal, ubicado en un rincón de Recoleta que parece trasplantado de París. Se trata de un sitio con escasas cuadras que rompen el frenético ritmo urbano porteño, aisladas del resto de la ciudad por escalinatas majestuosas.