Audi presentó el segundo vehículo conceptual que marcará el futuro de la marca alemana. Se trata de un sedán eléctrico de 750 km y un salón de descanso en su interior.
La visión que tiene cada marca con respecto a lo que serán los autos del futuro, cuando ya estén instalados los eléctricos y los de conducción autónoma, es muy amplia. Cada una puede jugar con lo que se imaginan. Sin embargo, Audi está yendo un poco más allá y acaba de presentar el segundo modelo de lo que pueden ser los vehículos de la firma dentro de un tiempo. Su nombre es Audi Grandsphere Concept y su diseño interior es lo que más llama la atención.
Se trata de un sedán grande de lujo en la que Audi volcó a sus diseñadores para esbozar las líneas que podrían inspirar al futuro Audi A8, al que ya le toca renovarse dentro de no demasiado tiempo. Por supuesto estas líneas influirán progresivamente en el resto de modelos de la casa.
El Salón de Múnich abrirá sus puertas en unos días, y Audi ya dejó ver por completo al Audi Grandsphere Concept. Es un vehículo de grandes dimensiones que mantiene su silueta de sedán, aunque le hace guiños tanto al estilo coupé con una zaga muy tendida como al mundo crossover.
Exteriormente destaca por sus proporciones, con 5,35 metros de largo es 15 cm más largo que el Audi A8 actual, pero se combina además con 2 metros de ancho y una altura de sólo 1,39 metros. Su apariencia es masiva y se realza con unos paneles lisos que parecen esculpidos.
Al igual que el Skysphere, destaca por tener un capot excesivamente largo (no tiene que albergar ningún motor), pero en este auto los voladizos son más generosos (especialmente el trasero) y sobre todo destaca un parabrisas que se proyecta sobre el capot más allá del pilar A. Las llantas son unas enormes piezas de 23 pulgadas.
Las líneas voluptuosas y al mismo tiempo sutiles del Grandsphere nos recuerdan en cierto modo a una evolución del Audi RS e-tron GT, e introducen algunos elementos que podrían marcar el diseño de los futuros modelos de Audi: faros delanteros extremadamente esbeltos, una visión futurista de la parrilla singleframe que ahora es retroiluminada, el diseño de la zaga o la firma lumínica trasera continua con el logotipo de los cuatro aros de LED.
El diseño exterior está condicionado en buena parte por la maximización de espacio que se buscó en el interior. Así las puertas carecen de pilar B porque se optó por una configuración de puertas “suicidas”, con las puertas traseras abriendo a la inversa. El pilar C se retrasa al máximo y se funde con la zaga.
Las puertas se abren de manera eléctrica cuando los ocupantes se acercan al auto y pueden subirse a un interior donde se combina el lujo con la inspiración arquitectónica e incluso un toque de naturaleza gracias a los materiales utilizados y los tonos ocres. Y sí, hay una planta entre los asientos delanteros. Las dos plazas traseras se confían a un banco corrido de una sola pieza.
Este sedán está concebido como un salón donde el protagonismo se lo llevan los asientos delanteros colocados frente a una pantalla panorámica que recorre todo el tablero. Esta pantalla se modifica bien para visualizar contenido multimedia, organizar la ruta o controlar los sistemas del auto
Porque sí, este Grandsphere también explora el futuro de la conducción autónoma con un nivel 4 SAE que permitirá que los ocupantes se relajen durante el trayecto, descansen o vayan trabajando. Por eso tanto el volante como los pedales son retráctiles y se pueden ocultar para dejar todo el espacio libre tanto física como visualmente.
La mecánica de este prototipo es diferente a la del Skysphere. En este caso hay dos motores eléctricos repartidos uno por eje para ofrecer un sistema de tracción integral quattro. Juntos desarrollan una potencia combinada máxima de 721 CV y 960 Nm de par motor.
Con estas cifras Audi anunció unas prestaciones de 4,0 segundos en el 0-100 km/h y una autonomía máxima de más de 750 km gracias a un paquete de baterías de 120 kWh dotado de carga rápida a un máximo de 270 kW.