El Shelby GT350R que utilizó en los 60 Ken Miles se convirtió en el Mustang más caro de la historia dejando atrás al que se usó en la famosa película “Bullitt”. Mirá cuál fue su precio.

El nombre de Ken Miles volvió a dar que hablar entre los fanáticos de los autos. Hace poco fue el gran protagonista de la película “Ford vs. Ferrari” y ahora vuelve a ser noticia ya que el Shelby GT350R que utilizó en 1965 se convirtió en el Mustang más caro de la historia. Este vehículo significó el primer triunfo de Shelby en competición y el primer Mustang Shelby en ganar una carrera con Miles al volante. Con la suma lograda destronó al utilizado en la película “Bullit”.

La transacción se dio a través de una subasta realizada por Mecum Auctions el 17 de junio durante la 33° Original Spring Classic. Este espectacular y único ejemplar fue vendido en 3,85 millones de dólares. Con este monto dejó atrás los 3,4 millones de dólares por los cuáles se vendió el Ford Mustang Bullit a principios del 2020. Así y todo quedó lejos de los casi 42 millones que por los que se subastó una Ferrari 250 GTO, el cual sigue siendo el auto más caro en venderse en esta modalida.

Este Mustang Shelby GT350R con código 5R002, según la ficha de Mecum Auctions, es el primero que fabricó Shelby para competición y sirvió para basarse en el desarrollo de las nuevas versiones nacidas en la fábrica de la empresa. Este vehículo fue conocido como el “Mustang Volador” porque en su primer triunfo (1965) se le sacó una foto donde se lo podía ver con las cuatro ruedas en el aire. Esta foto fue utilizada por la firma del óvalo y su retoño deportivo para el marketing.

El Shelby GT350R tenía un motor V8 de Ford modificado que contaba con 310 caballos de fuerza y 446 Nm de par máximo. La caja para gestionar a este impulsor era manual de cuatro marchas. Además, tenía un sistema de refrigeración moderado. La carrocería, para aminorar el peso, estaba hecha en fibra de vidrio y el habitáculo prescindía de varios elementos. También poseía una jaula antivuelco como lo pedía el reglamento de la carrera.

Fueron varias las manos que tuvieron a este Mustang durante sus 50 años de vida. John Atzbach, un fanático de Shelby y reconocido coleccionista de la firma, fue el último antes de esta subasta. Lo compró en el 2010 y le encargó a Thoroughbred Restorations su restauración para devolverlo al estado original de aquella primera carrera en la que compitió en Green Valley. Un trabajo que llevó nada menos que cuatro años e implicó a varios ex-empleados de Shelby.

Este vehículo fue galardonado en varias ocasiones. En 2014, ya completamente restaurado, se presentó en el concurso de elegancia de Amelia Island, del que resultó ganador en su clase. También se alzó vencedor en su categoría en el concurso de elegancia de Pebble Beach al año siguiente, además de recibir el premio ‘Car We Would Most Like to Drive’ que otorga en esta cita la revista Road & Track.