Buena producción del Peque, que jugó un gran primer set y después no pudo controlar al austríaco.

Tuvo el control del juego y del resultado en gran parte del encuentro, pero finalmente Diego Schwartzman cayó en la final del ATP 500 de Viena ante el local Dominic Thiem, por 3/6 6/4 y 6/3, tras dos horas y 25 minutos de lucha sin tregua entre ambos tenistas. El jugador local suma su decimosexto título a su palmarés, y el quinto en la presente temporada. El argentino resignó casi todas las chances de clasificar al Nitto ATP Finals en noviembre próximo, en Londres. Deberá ganar el Masters 1000 de París Bercy, es la única opción para el Peque, de gran perfomance en el torneo vienés y de muy buena temporada en el global.

Gran primer parcial de Schwartzman, que se lo llevó con holgura (dos breaks de diferencia) ante un desconcertado Thiem, que se vio superado por el bonaerense en casi todos los aspectos del desarrollo. En el segundo set pudo recuperar su juego el actual número 5 del mundo, puso en aprietos a su rival en los primeros games de servicio del Peque, hasta quebrarlo en el noveno juego y mantener la diferencia para adjudicárselo. Schwartzman tuvo un break point en el sexto juego (2-3 al saque el austríaco), pero fue bien resuelto por el pupilo de Nicolás Massú. En el último y definitivo parcial fue Thiem el que sacó rápidamente la diferencia, ya se lo notaba más suelto en sus golpes y dominando al argentino, que siguió peleando con su acostumbrado espíritu de lucha, pero sin poder controlar a su oponente, que se quedó una vez más con el servicio del tenista número 1 de Argentina, para poder festejar por primera vez en la capital de su país, y segunda en Austria, ya que se coronó en la arcilla de Kitzbühel este mismo año.

Saldo positivo para Schwartzman, que recuperó la confianza esta semana, después de una sequía de triunfos post US Open, donde solo venció al español Fernando Verdasco en la ronda inaugural del ATP 500 de Beijing. Va con muchos bríos a París, donde tiene primera ronda libre por su condición de decimocuarto favorito, y esperar al que salga airoso del choque entre el británico Kyle Edmund y el qualy lituano Ricardas Berankis, programado para día martes, por lo que el argentino tendrá un día más de descanso.