Cayeron frente a Francia 21 a 23 y se complica su clasificación a cuartos de final.
Era el partido que tenían que ganar. Todos lo sabíamos. Si bien hay otros rivales en el grupo, Francia era el directo competidor por la clasificación a cuartos de final. Tonga y EE. UU. se presentan accesibles e Inglaterra muy difícil. Por eso Francia era el partido que podía marcar las espectativas de Los Pumas en el mundial. Y el partido se perdió.
Si hay que buscar los motivos de la derrota, sin ser demasiado técnicos en el análisis, se podría decir que fue por los errores cometidos en el primer tiempo. Sólidos en las formaciones fijas, cada vez que Argentina se acercaba al ingoal rival, se volvía a su terreno sin sumar puntos. Nico Sánchez no estaba preciso con sus envíos a los postes, aunque con un penal abrió el tanteador 3 a 0 para Los Pumas. Pero a partir de ahí, cada vez que avanzaban los franceses, la defensa zozobraba. El tackle fue siempre un punto fuerte y distintivo de nuestro seleccionado, pero hoy veíamos errar como nunca y los franceses tomaban cada vez más confianza. Así apoyaron dos tries a través de Fickou y Dupont y sumados a la puntería de su apertura Romain Ntamack que metió todo lo que pateó se fueron al descanso en ventaja 20 a 3. Un pésimo primer tiempo, que auguraba una goleada en contra inimaginable antes de empezar el partido.
¿Qué les habrá dicho Ledesma en el vestuario durante ese entretiempo? ¿O solamente habrá bastado mirarse a las caras para que se dieran cuenta que lo que habían mostrado no era ni remotamente lo que ellos mismos sabían que podían dar? Lo cierto es que el que salió a la cancha fue un equipo más acorde a lo que sabemos puede producir. Jugaron con otra vergüenza y otra potencia en cada contacto. Los forwards empezaron a prevalecer y se notó que Francia estaba desorientada. Tal era la furia argentina que en una ráfaga apoyó dos tries. Los dos a través de sus forwards. Primero, a los 3´fue Guido Petti, uno de los pocos que se habían salvado de la debacle de los primeros 40 minutos. Y después fue Julian Montoya, que había ingresado por Creevy, quien se zambulló en el inngoal rival a los 14´. El primero fue convertido por Sánchez que salió reemplazado por Urdapilleta. Y el apertura formado en C.U.B.A., con dos precisos penales a los 20 y a los 28 minutos, dio vuelta el resultado 21 a 20. ¡Esos eran nuestros Pumas!
Pero todavía quedaban poco más de 10 minutos, que en rugby es una etrnidad. Y Francia carga una historia brillante en este deporte. Fue así como luego de la recuperación de la salida, Camille Lopez, que había entrado por Ntamack, embocó un drop que volvió a poner arriba a los chicos del gallo 23 a 21. Final para el infarto. Un penal de Boffelli cerca de mitad de cancha y esquinado, llega con potencia y mucha altura sobrepasando los palos, al parecer apenas desviado cuando todos nos esforzábamos por verlo adentro. El árbitro Angus Gardner (Australia), uno de los mejores del mundo, no ve un claro penal del francés Picamoles, adelantado dos metros para interceptar un pase de Cubelli. Y después tampoco ve como un francés tackleado, no abandona la zona donde cae y se queda obstruyendo la pelota e impidiendo que el medio Scrum argentino la tome para pasarla. Todas infracciones que, habiendo tan poca diferencia en el marcador, podrían haber cambiado el resultado. Pero no las cobró, y Los Pumas perdieron. A llorar a la iglesia.
Un resultado que complica todo. Ahora para tener posibilidades de avanzar a cuartos hay que ganarle a Inglaterra. Además de no tropezar con Tonga y EE. UU. Es muy difícil, pero no imposible. A mascar la bronca de ese primer tiempo desperdiciado y un arbitraje polémico. Todavía depende de Los Pumas. Ojalá lo consigan