Recibió un merecido wild card por parte del torneo suizo.

Un buen gesto recibió el español Tommy Robredo por parte de la organización del ATP 250 de Gstaad, nada más y nada menos que un bendito wild card o invitación especial para ingresar directamente al cuadro principal del certamen. El nacido en Hostalric no participaba en un torneo de este nivel desde el US Open del 2018 (p. con Tsitsipas en primera vuelta), al cual accedió a través de la qualy. El año 2019 venía de mal en peor para el catalán, mechando entre challengers y etapas de clasificación ATP, con escasos resultados y perdiendo ante jugadores inferiores a su calidad. No podía hilvanar dos victorias consecutivas en ese nivel, dura realidad para alguien que supo estar en el 5° puesto del ranking mundial y muchos años en el más alto nivel del circuito. Hasta que en junio, de repente, renació su tenis y conquistó en hilera dos challengers: uno en Poznan (Polonia) y el otro en Parma (Italia). De estar retrocediendo lentamente al puesto 300° y perdiendo la confianza, pasó a tener sensaciones más optimistas y por ende a subir en el ranking, que lo encuentra en la posición 167, y con mejores expectativas además.

En su regreso a los primeros planos, Robredo este martes se verá las caras con el italiano Gian Marco Moroni (21 años y 265°), que atravesó la fase previa eliminando en la última etapa al argentino Marco Trungelliti.  El itálico  aparece como un compromiso duro pero accesible, ya que se enfrentaron dos veces en el 2018, con victorias del español en sendos challengers. Además, el torneo de Gstaad se juega sobre polvo de ladrillo, la superficie predilecta del ex top ten.

Así como se celebra en cualquier deporte el arribo de figuras jóvenes, también se disfruta de los veteranos como Tommy, que siguen dando batalla y exprimen sus recursos para despedirse de la mejor manera para cuando llegue el momento. Robredo juega profesionalmente desde 1998, y a lo largo de su dilatada carrera ha dejado siempre una imagen excelente donde se presente.  En Argentina es recordado no solo por su gran tenis y la copa obtenida en el 2009, sino como una persona muy agradable y de buen trato con la prensa, me consta.