Se cumplen 43 años de que Nadia Comaneci consiguiera el primer 10 en la historia de la gimnasia olímpica.

18 de julio de 1976. Juegos Olimpicos de Montreal. El mundo mira el desarrollo de las pruebas de gimnasia. El equipo de la por entonces Unión Soviética, tanto en varones como en mujeres luce dominante. Pero hay una integrante del equipo rumano de gimnasia artística que logra opacar a las soviéticas. Tiene 14 años y el video graf de la transmisión televisiva dice que se llama Nadia Comaneci.

Elegante, sus giros son perfectos y con la gracia propia de una bailarina. Cuando cae luego de algún salto sus pies parecen clavarse en el suelo con total firmeza, sin trastabillar un centímetro a pesar de las complejas acrobacias que realiza. Para su edad, tiene una fuerza inusual en sus brazos que le permiten afirmarse sobre ellos con total seguridad.

El equipo femenino rumano de gimnasia era muy bueno, pero el favoritismo era de la Unión Soviética por amplio margen. Por lo menos era la información que teníamos los que estábamos frente a los televisores blanco y negro acá en Buenos Aires. Como el equipo argentino, integrado por 69 deportistas (entre los que había sólo 4 mujeres) no despertaba mucho interés (de hecho sería la primera vez que no obtendría ninguna medalla de ningún tipo), veíamos todos los deportes y tomábamos partido generalmente por el que nos parecía más débil.

Tengo que reconocer que, por desconocimiento, la mayoría de las actuaciones de las atletas nos parecían magníficas. Teníamos que esperar el comentario televisivo de quienes transmitían para detectar algún error. Pero cuando las cámaras nos traían las imágenes de Comaneci, nos dábamos cuenta de que había algo distinto, una naturalidad pasmosa.

Lo que no nos imaginamos era que íbamos a presenciar a la distancia un acontecimiento histórico. Al terminar su presentación la rumana, después de los aplausos interminables, todos miraron hacia el tablero. Y, luego de unos minutos, se pudo ver claramente… 1,00. ¿Cómo 1? ¿A dónde estaban mirando los jueces para darle ese puntaje de aplazo? La explicación llegó rápidamente. La puntución más alta que contemplaba el tablero electrónico era 9,95. Y la rutina de Nadia Comaneci, de Rumania, había sido calificada con 10. Por primera vez en la historia de la gimnasia femenina. Los Juegos Olímpicos Montreal 76 ya tenían a su figura. De ahí en más serían “los juegos de Nadia Comaneci”.

La Unión Soviética ganó la medalla de oro por equipos, relegando a Rumania a la medalla de plata. Pero Nadia ganó el oro en individual, barras asimetricas y barra de equilibrio. 3 oros que, sumados a la medalla de plata por equipos y a una de bronce obtenida en suelo, elevó a 5 su cosecha personal. Aunque lo más importante fue llegar al 10 en la puntuación. Fue un 18 de julio de 1976. Hace 43 años, Nadia Comaneci demostró que la perfección era posible.