“Dos locas de remate” engalana la cartelera porteña

Dos locas de remate es una exitosa comedia que dirige Manuel González Gil, y que durante un tiempo largo la protagonizaron Soledad Silveyra y Verónica Llinás. Este verano en Carlos Paz, la producción decidió fichar a Nazarena Vélez y Gladys Florimonte y fue un acierto total. Actualmente están en el teatro Picadilly (Av. Corrientes 1524) y realizan una labor consagratoria para ambas carreras. Ninguna de las dos tenía que demostrar nada porque se ganaron el lugar de primeras figuras con creces, pero no siempre se tiene la posibilidad de demostrar tanta versatilidad arriba de un escenario.

Dos locas de remate

La historia narra el reencuentro de dos hermanas que se vuelven a ver las caras después de 20 años en un duelo divertido y desopilante, donde tendrán que superar su pasado para poder tener un futuro, dando lugar a una disparatada tragicomedia que muestra el trasfondo social de las complejas relaciones familiares. La complicidad de las actrices con el público es inmediata, desde que aparecen hay aplausos, risas y demostraciones de cariño.

Nazarena Vélez y Gladys Florimonte consagradas en

Bajo el slogan “Todos estamos a un paso de la locura”, Gladys y Naza se entregan en cuerpo y alma durante la función, haciendo que los espectadores pasen por todos los estadíos. Si bien es una comedia con todas las letras, hay espacio para la emoción, la reflexión y lo disparatado. Todo transcurre en el departamento del personaje de Vélez, y aunque son solo dos actrices, llenan tanto el escenario que la trama cada minuto que pasa te engancha más.

Nazarena Vélez y Gladys Florimonte consagradas en

Florimonte se mueve como pez en el agua a la hora de hacer reír, pero en este rol puede mostrar un matiz en su carrera muy interesante. Nazarena con tantos años de trayectoria parecía haber hecho todo, pero el color que presenta con este personaje seguramente la marque de por vida. Un desafío actoral que la platea agradece de pie durante el saludo final, celebrando tanta entrega y compromiso con el impecable texto de Ramón Paso. Otro lujo que nos regala la siempre amada Calle Corrientes.